
A través de la Resolución 152/25, firmada por el ministro de Economía Luis Caputo y publicada en el Boletín Oficial, se eliminaron las restricciones que impedían la expansión de la producción yerbatera. La medida desactiva un tope anual que había sido impuesto a las nuevas plantaciones y que, según Sturzenegger, frenaba innecesariamente el desarrollo de una industria con alto potencial de exportación.
“Es como si se prohibiera fabricar más autos o producir cierta cantidad de leche. El Estado estaba interfiriendo en la capacidad de crecer de nuestros productores”, expresó el ministro en su cuenta de X. Además, vinculó esta decisión con el plan de desregulación general impulsado por el Gobierno a partir del DNU 70/23, que —según señaló— ya permitió una baja significativa en el precio de la yerba para el consumidor.

Desde el Ejecutivo aseguran que la eliminación de esta traba permitirá a pequeños y grandes productores ampliar su actividad sin restricciones, lo que no solo fortalecería el mercado interno, sino también la proyección internacional del producto. “La yerba mate es parte esencial de nuestra identidad: si casi todas las familias argentinas la consumen, ¿por qué no podemos llevarla a millones de hogares en el mundo?”, sostuvo Sturzenegger, quien cerró su mensaje con una frase que sintetiza el objetivo: “Llenar las góndolas del mundo”.
La decisión se suma a otras medidas orientadas a reducir la burocracia estatal y a fomentar la actividad económica, en línea con las reformas estructurales que promueve el presidente Javier Milei. En este contexto, la yerba mate aparece como un emblema de las posibilidades de expansión de la producción nacional.