La falsificación de comida en China ha hecho que la gran población de este país dude sobre la procedencia de todos los alimentos que consume, un escenario que ha llevado a empresas comercializadoras y productoras de alimentos a buscar medidas tecnológicas alternativas que hagan constar que sus alimentos son los que dicen ser.
Recientemente, JingDong, la empresa de ventas online conocida como JD.com se alió con la productora bovina Inner Mongolia Kerchin Cattle para implementar un sistema de rastreo basado en la plataforma blockchain de Hyperledger -compañía de contabilidad distribuida que ya tiene experiencia en el área- para las carnes de vaca que día a día venden vía web.
Los clientes compradores de carne desde el portal JingDong han estado recibiendo desde hace varias semanas sus respectivas piezas de carne de res con la posibilidad de comprobar la identidad del ganado que llevarán a su mesa. Pues las cajas en las que viene empaquetada la carne tienen en su reverso un código QR y un serial que les revelará la información almacenada en la blockchain.
Edad, peso, nombre y hasta qué dieta tuvo la vaca son algunos de los detalles a los que tienen acceso los consumidores de carnes Kerchin al realizar el escaneo del código QR del empaque. Información que servirá para verificar si el ganado bovino fue alimentados saludablemente y sin aceleradores de crecimiento tóxicos, para evitar casos similares al lamentable incidente de intoxicación y muerte por envenenamiento de seis infantes en 2008.
Asimismo, tendrán a su alcance las pruebas realizadas a carne de la res beneficiada, entre los cuales están exámenes para conocer si la vaca consumió agua contaminada y una extensa cantidad de detecciones bacterianas. Resultados que por haber sido registrados en una cadena de bloques blockchain no pueden ser sobreescritos o modificados.
Pero esto no es todo lo que podrán conocer los chinos del trozo de carne que llevarán a su familia en la mesa, pues la blockchain también guarda todos los detalles de la cadena de distribución y compras de la res desde que fueron beneficiadas. Una información a la que se accede con los 64 caracteres alfanuméricos y que brinda a los consumidores de carne la posibilidad de seguir su comida desde la granja hasta el plato.
Hay que tener en cuenta, que la angustia de la población china por conocer la procedencia de su comida está fundamentada. Pues, de acuerdo a un informe realizado por la firma consultora PwC el año 2016 asegura que la suma para ese año por fraudes con comida a nivel global rondó los 40 millones de dólares.
Ante este panorama, la tecnologìa de la contabilidad distribuida ha funcionado como mecanismo para disminuir el nivel de fraude. La compañía china ZhongAn Technology es un buen ejemplo de ello.
ZhongAn Technology diseñó una cadena de suministro basada en blockchain para realizar con eficiencia y seguridad el rastreo de diferentes rubros de la canasta alimenticia en el país asiático, pero especialmente para rastrear pollo, desde su providencia hasta el procesamiento y venta final.
Otro caso de uso de la tecnología blockchain para el rastreo de comida, es la iniciativa para evitar la mala identificación pescados a través del rastreo desarrollada por Sawtooth Lake, un proyecto de Intel y Hyperledger Project, la compañía con la que desarrolló JD su cadena de suministros blockchain.
A pesar de que la tecnología blockchain ofrece una ventana a la cadena de suministros para los consumidores y ayuda a disminuir la cantidad de alimentos fraudulentos, el problema del no terminará solo con estas implementaciones que brindan información.
China requieren regulaciones y supervisión en la industria manufacturera de alimentos para tener un cambio real en cuanto a las miles de toneladas de comida fraudulenta. Esperamos que en simultáneo sigan ocurriendo adopciones blockchain similares para que la industria manufacturera utilice medidas que ayuden a disminuir el fraude.