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Christian Garavaglia: "Se acrecientan las chances de un nuevo evento Niño"

La segunda mitad del 2016 se caracterizó por ciertos rasgos propios de la fase fría o contrapuesta, la Niña, si bien los principales centros mundiales de monitoreo lo han mantenido (y lo siguen manteniendo) catalogado como una fase neutral. Algunos expertos han deslizado en los últimos tiempos el...

La segunda mitad del 2016 se caracterizó por ciertos rasgos propios de la fase fría o contrapuesta, la Niña, si bien los principales centros mundiales de monitoreo lo han mantenido (y lo siguen manteniendo) catalogado como una fase neutral. Algunos expertos han deslizado en los últimos tiempos el concepto de “Niño residual” como una continuidad latente del evento del año pasado, haciéndose muy visible en los últimos meses sobre las costas de Sudamérica.

El fenómeno climático se monitorea a través de múltiples variables atmosféricas y oceánicas, siendo la temperatura de superficie de mar del Pacifico la principal. La misma es monitoreada en distintas subregiones del Pacifico (Figura 1) siendo la denominada Niño 3.4 la más famosa y utilizada para caracterizar el fenómeno. A lo largo de este verano, fueron las regiones 1+2 las que han dado que hablar y por lo cual los expertos basan su concepto de “Niño residual”. Esta área, próxima a las costas de Sudamérica, ha experimentado durante el verano temperaturas muy por encima del promedio con valores superiores a +2°C (Figura 2 y 3), lo cual motivó que se haya comenzado a hablar de un “Niño costero”, de impacto regional en los últimos meses.

Las consecuencias locales no tardaron en aparecer. Perú atraviesa actualmente una profunda emergencia nacional como consecuencia de las inusuales lluvias en su costa propiciadas por el notable aumento de la temperatura del mar del Pacifico en sus costas. Las lluvias son copiosas, generando inundaciones repentinas y aludes que han dejado el saldo trágico de 75 muertos y 630.000 afectados al momento.

El estado actual de lo que sucede a nivel regional sobre las costas de Perú con este niño costero es, para los especialistas, la antesala de un Niño oficial que haría su regreso hacia mediados de este 2017. Los principales centros mundiales de predicción estiman que las condiciones de neutralidad del fenómeno climático perdurarán hasta mitad de año, pero con un constante aumento de la temperatura de superficie de mar sobre el Pacifico central ecuatorial que desembocaría en la formación de un nuevo evento Niño para mitad de año. El pronóstico consensuado de los centros de predicción CPC/IRI indica que Julio sería un mes de quiebre, a partir del cual se alcanzará un 50% en la probabilidad de tener un fenómeno Niño.  Hacia nuestra primavera de 2017, las chances se incrementan levemente por encima de este valor (Figura 4).

Pronóstico consensuado del CPC/IRI sobre la evolución del fenómeno Niño.

Si bien estamos atravesando la época del año en la cual los modelos meteorológicos reproducen con menor confiabilidad el futuro de este fenómeno climático, la atenta mirada de los principales centros mundiales de monitoreo ya está puesta en la posible gestación de un nuevo Niño para mitad de año, teniendo en cuenta el nivel de impacto que genera en amplios sectores del mundo en diversos sectores involucrados.


Christian Garavaglia

Licenciado En Cs. de la Atmosfera (UBA), desarrolla su labor profesional como meteorólogo en el Servicio Meteorológico Nacional. Realiza además difusión de la meteorología en distintos medios de comunicación y tareas de consultoría privada, asesorando en materia meteorológica a distintas personas y empresas del país.

 Twitter: @ChGaravaglia  Mail: [email protected]