Ganadería

Cómo prevenir intoxicaciones con nitratos en bovinos

Desde el INTA destacan la importancia de alternar la alimentación del ganado con otra oferta forrajera, así como realizar un consumo gradual para permitir una adaptación de la microbiota ruminal. 

Los nitratos son compuestos nitrogenados que se encuentran en el suelo y en el agua para ser absorbidos por las plantas para convertirlos en proteínas vegetales. En condiciones de déficit hídrico, el crecimiento de las plantas difiere y acumulan nitratos en exceso. De esta manera, las plantas se cargan de nitratos pudiendo tener un efecto tóxico para el ganado.

Esta acumulación de nitratos es más común en ciertos recursos forrajeros (verdeos, por ejemplo), señalaron especialistas del INTA, y este proceso esta potenciado además cuando se aplicaron fertilizantes nitrogenados previamente o cuando el suelo tenga concentraciones altas de nitrógeno previo con cultivos que no los utilizaron. Además, las fuentes de agua para el ganado también pueden contener altos niveles de nitratos”.

En referencia a la toxicidad de este compuesto, los profesionales especializados en diagnóstico reconocieron que “existe gran variabilidad en la susceptibilidad a diferentes concentraciones de nitratos en los alimentos y agua, por parte de los bovinos”.

En circunstancias normales, el nitrato absorbido en el rumen se metaboliza a nitrito para, finalmente convertirse en proteína microbiana. Ante este exceso, este sistema es sobrepasado y se absorben grandes cantidades de nitrito, que es en definitiva el responsable de los cuadros de intoxicación.

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Pautas de manejo

Desde el INTA destacan la importancia de alternar la alimentación del ganado con otra oferta forrajera, así como realizar un consumo gradual para permitir una adaptación de la microbiota ruminal.

Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, se recomienda “combinar el cultivo potencialmente peligroso, con otra oferta forrajera, de esta forma disminuyendo la dosis tóxica por un efecto de dilución y a su vez evitamos que los animales entren hambrientos al cultivo”, según detalló el equipo del INTA.

A su vez, recomendaron “realizar un consumo gradual de estos recursos forrajeros potencialmente tóxicos, permitiendo la adaptación de la microbiota ruminal” y subrayaron la importancia de “considerar los 7 a 10 días posteriores a las precipitaciones, tras un período de sequía, como el tiempo de mayor riesgo de intoxicación”.

Signos a tener en cuenta

Los profesionales destacaron la necesidad de “evaluar el comportamiento de los animales una vez que ingresan a un nuevo recurso forrajero o parcela y, ante cualquier duda, consultar a su médico veterinario”. De todos modos, detallan una serie de signos a tener en cuenta y estar atentos con respecto al comportamiento del ganado.

Los signos clínicos pueden comenzar rápidamente (minutos a horas) luego del consumo de una dosis tóxica de nitrato. Dependiendo de la cantidad y velocidad de absorción de nitritos en el tracto digestivo, la muerte puede ocurrir dentro de 2 a 10 horas posteriores al consumo.

En los animales, el nitrito reacciona con la hemoglobina en los glóbulos rojos, formando metahemoglobina, que no puede transportar oxígeno y provocando como consecuencia un cuadro de asfixia.

Por ello, los animales pueden presentar somnolencia y debilidad, seguido por temblores musculares, aumento de la frecuencia cardíaca, respiratoria, babeo, agitación, pérdida del equilibrio, timpanismo y postración.