Ser porteño e ir al supermercado es más caro. Según un relevamiento, tomando como referencia 10 productos de una canasta básica de alimentos, los precios que se pagan en la Ciudad de Buenos Aires son hasta un 18% más elevados que en el resto del país. Además, las provincias del norte tienen las opciones más económicas en comparación con la Capital.
Tomando como referencia el programa Precios Claros, que funciona bajo la órbita de la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor, se relevaron seis ciudades -Capital Federal, Córdoba capital, San Miguel de Tucumán, Salta capital, Río Gallegos y Santa Fe capital- y en los diez productos comparados arrojó que la Ciudad de Buenos Aires cuenta con los precios más caros, seguido en la mayoría de los casos por Santa Fe, Córdoba y Río Gallegos. De la canasta básica el único producto que parece quedar exento de esta realidad es la leche. Tomando como referencia la marca "La Serenísima" en su versión larga vida descremada sorprende la variedad de precios. En Santa Fe, provincia generadora de este producto, se paga un 13% más que en la Capital. Mientras en el barrio porteño de Palermo el precio más caro publicado por la aplicación es de $30, en Santa Fe llega a $34, alcanzando el tope en la provincia de Córdoba en donde por el mismo artículo se paga hasta $35.
El aceite es uno de los productos que más brecha porcentual presentó. Mientras en CABA se paga $88,55 por una variedad mezcla girasol y oliva en un tamaño de 900 ml de marca Natura, en Tucumán por el mismo producto se paga hasta $75. Lo mismo sucede con el vino, que cómo es lógico se consigue más barato en la provincia de Salta que en la ciudad de Buenos Aires.
La explicación es variada. Pero hay que tener en cuenta que en el precio final hay una fuerte incidencia en el costo del alquiler y el pago de los servicios de cada local.
Claro que la renta de los negocios porteños es mucho más elevada que en el resto del país, aunque varía en el caso de los servicios. Aunque además hay que tener en cuenta el acuerdo de compras que cada empresa tiene con los proveedores o la ubicación que tiene el producto en la góndola.
No sorprende que exista esta brecha de precios entre estas seis provincias, si en un mismo barrio puede haber una diferencia en los valores que supera el 20% dependiendo la cadena de supermercado donde se compre. Lo que sí parece quedar claro es que vivir en la Capital e ir al supermercado, es más caro que en el resto del país.