Un nuevo estudio de Agbio Investor reveló el tiempo y el costo para producir un nuevo rasgo de cultivo biotecnológico, éste representa un gran respaldo informativo que nutre el debate del desarrollo detrás de la semilla.
Muchas personas creen que los productos transgénicos y farmacológicos aparecen sin desarrollo de un día para el otro, es por esto que el debate de la producción por detrás de la semilla no solo se presenta en el sector agropecuario, sino que también se da en la sociedad en general.
En el imaginario las personas creen qué los desarrollan en dos semanas y los lanzan al mercado sin ningún tipo de análisis y ningún tipo de control. Muchas variables se ponen en juego a la hora de producir.
Como lo indica una comparación con el estudio anterior, el costo de descubrimiento, desarrollo y autorización de un nuevo rasgo genético derivado de la biotecnología de una planta, ha disminuido de $136 millones de dólares en el período 2008–2012 al valor actual de $115 millones de dólares, mientras que el tiempo requerido para completar el proceso ha aumentado de 13,1 años a 16,5 años.
Si bien ya se sabía su costo, la firma dedicada al análisis de datos del sector agropecuario, consultó a cuatro grandes empresas a nivel mundial y creó un estudio en el que detalla cómo fue evolucionando el costo del desarrollo de un cultivo biotecnológico.
El principal dato revelado por Agbio Investor fue el promedio de 115 millones de dólares para una sola variedad de cultivo transgénico.
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Un ejemplo reciente de variedad transgénica puede ser el trigo hb4 desarrollado por Bioceres, donde agarran un cultivo, le insertan un gen y lo lanzan al mercado. Todo este proceso tarda en promedio 16 años, lo que implica una inversión de dinero muy grande.
Sin embargo, lo que más tiempo y plata lleva, son los aspectos regulatorios por parte del estado y los testeos por parte de la empresa. Estas gastan mucha plata invertida de forma salarial para los científicos, equipamientos y compra de tierras para testear todos los cultivos.
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La labor que hacen las empresas que desarrollan este tipo de productos es enorme. El desarrollo y producción de los cultivos transgénicos, solo están al alcance de las grandes empresas por los costos que conllevan. Es decir, que una empresa chica, o una startup no puede costearse 16 años y perder cien millones de dólares para ver muy poco de ganancia.
Actualmente, el principal problema ronda a los surgimientos de movimientos ecologistas y ambientalistas conformados en mayor medida por personas que no tienen conocimiento en el área de la biotecnología.
Asimismo, éstos actores suelen tener mucha llegada al público: como son los artistas, deportistas o políticos, que se oponen a las nuevas tecnologías y hacen un lobby muy fuerte para voltear el proyecto.
Es por esto que resulta muy importante que la empresa productora tenga una defensa fuerte para no arruinar 20 años de trabajo.
Todo lo que requiera algún tipo de biotecnología lleva muchos años de estudio, mucha plata y están ultra controlados. Ésta es una forma de llevar tranquilidad a la gente diciendo: “esto que vendo es seguro”.