La época de cosecha de olivos en la provincia de Neuquén comenzó oficialmente y en unas pocas jornadas otoñales, frescas y casi húmedas, los principales establecimientos de la zona ya se preparan para producir aceites catalogados de "primerísima calidad". Sea a través de extracción manual o mecanizada, cada olivo está listo para ser convertido en un producto que consiguió estabilizarse tras una década de desarrollo.
En la región, la actividad accionó sus primeros pasos hace casi 12 años cuando el ministerio de Desarrollo Territorial lanzó el programa de Fomento al Desarrollo de Cuenca de Frutos Secos y Olivícola con el fin de incrementar la superficie implantada de nogales, almendros y olivos en los departamentos Confluencia, Añelo, Picún Leufú y Pehuenches.
En la región hay 256 hectáreas en producción en cuatro establecimientos ubicados desde Centenario hasta Rincón de los Sauces. En 2018 se produjeron 530.000 kilos de aceitunas y se prensaron 90.000 litros de aceite, que en su mayoría están destinados al consumo regional. En comparación con los volúmenes nacionales aún se trata de una producción acotada, en todo el país hay 90.000 hectáreas con el cultivo, por lo que la principal apuesta pasa por la calidad.
En números
530.000
kilos de aceituna se cosecharon en 2018 en los cuatro emprendimientos que tiene la provincia.
90.000
litros de aceite se elaboraron en 2018 en Neuquén. Entre $150 y $350 cuesta 1/2 litro.
Los principales productores conocen las buenas y las malas: resultados de largo plazo, elevados costos y, sin una actividad en paralelo, "es difícil sostener un negocio". Sin embargo, a pesar que el volumen de producción aún es bajo en comparación a otras provincias, los estudios llevados a cabo por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) indicaron que Neuquén es una de las zonas de mayor calidad en su producción dentro de Argentina, lo que la posiciona a nivel de los mejores países europeos productores del producto.
"Los cultivos son relativamente nuevos, los de mayor antigüedad tienen 12 años, y las plantaciones se caracterizan por ser de alta densidad, preparadas para cosecha mecánica, con riego presurizado y sistema de fertilización por fertirriego", explicó el ministro de Producción e Industria, Facundo López Raggi.
La empresa familiar Praderas Neuquinas localizada en el ingreso a Centenario es uno de los establecimientos más joven en producción, ya que de sus 114 hectáreas plantadas solo 74 pueden ser destinadas a aceites desde hace dos años para su comercialización. Pero posee una amplia gama de variedades que mejoran el resultado final como Coratina, Arbequina, Picual, Koroneiki, Hojiblanca y Arbosana.
"Tenemos un producto que tiene que ver con la vida, la salud, el buen vivir, como empresa familiar tratamos de llevar un poco de lo que nosotros somos al mercado," afirmó Mariana Ruiz Mahuad, una de las responsables a cargo del lugar.
Agradecida por la aceptación que los clientes demuestran, reconoció que "la calidad en el producto realmente sorprendió a todos, por eso tratamos de que sea todo muy artesanal desde el momento de la cosecha".
Una variedad suave
Según Silvana Moschini, coordinadora de Programas Productivos de Centro Pyme Adeneu "la producción de aceite de oliva en la provincia es su mayoría pertenecen al varietal Arbequina que es suave, no muy picante y fácil de asimilar por el paladar". Por otro lado reconoció que en relación con otras zonas productivas del país los métodos son de prensado en frío, lo que le da un calidad extra virgen y obtener excelentes índices de acidez no mayor al 0,2%, mientras que en otros aceites los niveles superan el 0,8%.
Además aclaran que el sacrificio de una cosecha manual y delicada mejora aún más los alcances del producto.
"También hay cuestiones que tienen que ver con la amplitud térmica que se registra en nuestra región, el clima hostil provoca que el aceite sea más rico y expresivo. A su vez, la poca humedad del ambiente nos libra de sufrir plagas" concluyó Mahuad.
Gourmet y productos naturales: Las exigencias del mercado interno
Mientras se desarrolla el comienzo de la cosecha en los cuatro establecimientos de Neuquén, los productores intentan obtener año tras año un aceite de oliva que conquiste las exigencias del mercado.
Los 90.000 litros de aceite que se comercializaron el año pasado estuvieron destinados principalmente al consumo interno dentro de la provincia. Desde varietales que se ajustan a las necesidades culinarias de los amantes de la cocina, hasta quienes buscan productos de origen natural y sin conservantes, son los principales en comprarlos.
"La característica fundamental del aceite de oliva virgen extra es su riqueza en antioxidantes naturales. Se destaca por su elevado aporte de ácido oleico, lo que es beneficioso para personas que tienen elevados los niveles del colesterol en sangre y en la prevención de enfermedades cardiovasculares", explicó Silvana Moschini, del Centro Pyme. Por su parte el ministro Facundo López Raggi indicó que "lo bueno es que hoy podemos tener procesado y embotellado un aceite que hasta el momento no tuvo resultados negativos".
Análisis: El despertador para el sueño de la diversificación
El sueño neuquino, más allá de la industria petrolera, es la tan publicitada diversificación productiva. Los primeros desarrollos en ese sentido, enfocados en la vitivinicultura y los olivares, quedaron vinculados con los poco claro créditos del Iadep y sobre los que el paso del tiempo tampoco ayudó a despejar. Sin embargo en ambos casos son dos realidades concretas y, más en el caso de los vinos, que tienen un sello local reconocible.
De todos modos, aquel sueño de diversificación parece seguir esperando por el sonido del despertador porque sus resultados aún no tallan en los indicadores de recaudación, ni en los laborales y menos en la economía de Neuquén.
La industria petrolera ya superó el siglo de vida en la provincia y eso puede servir como un bálsamo para las versiones más ansiosas. Sin embargo, sería deseable que además de diversificar también se puedan acelerar los desarrollos más allá de su propia maduración.