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Mercado Central, supermercado o carnicería: ¿donde conviene comprar carne?

El precio de la carne siempre genera polémicas. La cadena productiva tiene a los eslabones más débiles en los extremos, con productores que buscan invertir en un escenario complejo y consumidores a los que cada vez les cuesta más comprar carne. Un trabajo realizado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna durante la segunda semana del mes de abril releva precios y comportamiento del consumidor.

Desde hace poco más de una semana, los frigoríficos exportadores de carne vacuna, agrupados en el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC) , comenzaron a distribuir en el mercado interno las 120 toneladas semanales de asado, vacío y matambre a "precios esenciales": $ 149 el kilo de estos cortes.

Si bien esta modalidad despertó una gran curiosidad entre los consumidores, desde la entidad mencionada confirmaron que se trata de una contribución a la economía por parte de los frigoríficos. "Ahora podemos exportar": aclaró Mario Ravettino, titular del Consorcio que agrupa a los frigoríficos que venden al exterior. Esto, en pocas palabras, describe la diferencia de políticas públicas aplicadas a la ganadería entre el gobierno de Mauricio Macri y Cristina Kirchner, que tuvo consecuencias complejas para una actividad que vio como se cerraban frigoríficos y se reducía el stock bovino al amparo de cuidar "la mesa de los argentinos".

En cuanto a las 120 toneladas que se inyectan en el mercado interno, vale aclarar que la cantidad suministrada es exactamente "una contribución", tal como lo define Ravettino. Por supuesto, no resuelve cuestiones que se deben abordar desde otros ámbitos, tales como la creciente inflación de la canasta de alimentos o la caída en el consumo de carne vacuna por los altos incrementos de precio que se aplicaron en los últimos meses.

El gobierno presentó el programa de "Precios Esenciales" con la idea de comunicar que a partir de su instauración se podría comprar carne a precios accesibles y pecó de optimista una vez más. Por sus limitantes en cuanto a cantidad y por cuestiones geográficas, el programa no satisface la demanda de una gran parte de la población que quiere volver a comprar carne, ya que en los últimos tiempos dejó de consumirla o redujo las compras.

¿Por qué? Parte de esta respuesta está en el último informe mensual que realizó el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA) donde se observa que si bien durante abril "los precios de los distintos cortes de carne vacuna mostraron alzas leves del 0,5% con respecto al mes de marzo", si la comparación se hace con respecto a los valores del mismo mes de 2018 "los precios promedio de la carne vacuna de abril del corriente año registran un alza del 69,3%". Con salarios que aumentaron por debajo de la inflación o con paritarias pendientes, no hay bolsillo que aguante pagar la carne a los valores actuales.

Lo que estamos viviendo en cuanto a precios, también se sintió en el inicio de la década, cuando el gobierno de Cristina Fernandez tomó un atajo para bajar el precio de la carne y ponerla al alcance de todos y todas, pero ese atajo le costó a la ganadería el cierre de frigoríficos y la reducción del stock vacuno que llevó años recuperar, aún cuando ya tenía restricciones para exportar.

Ahora bien, con los "Precios Esenciales" en la calle, vale la pena revisar qué ocurrió durante el mes de abril con el comportamiento de precios de la carne vacuna, ya que son pocos los que se toman un colectivo y van a comprar al Mercado Central, donde se puede comprar carne de buena calidad a $ 149 el kilo. Algo queda claro: los números y las obligaciones diarias a veces no permiten ir a comprar carne al Mercado y gran parte de la sociedad sigue comprando en las carnicerías de barrio o en cadenas de supermercados, busca precio y aprovecha descuentos, por eso muchas cadenas de carnicerías intentan conquistar a los consumidores con valores cercanos a los promocionados por el gobierno pero con compras de abundante carne.

¿ DONDE CONVIENE COMPRAR ?

El informe destaca que "los cortes como el peceto tienen un precio de $ 324, que resulta en cerca de $6,3 por kilogramo más alto en los supermercados con respecto a las carnicerías, mientras que la colita de cuadril tiene un precio de $ 313, aproximadamente $6,3 superior en los supermercados comparado con el precio observado en las carnicerías".

El lomo prácticamente cuesta lo mismo en ambos puntos de venta, pero en los casos de los cortes de mayor consumo, como los cortes de la rueda utilizados en la preparación de milanesas, la diferencia de precios se da vuelta, siendo los precios más económicos, en aproximadamente $25, en los supermercados; en carne picada los supermercados venden el producto a un precio $13,50 más económico, mientras que para el asado los supermercados ofrecen el producto a un precio inferior en cerca de $27 por kilogramo al de las carnicerías. Las otras carnes tienen comportamientos opuestos: el pechito de cerdo resulta $16 más económico en las carnicerías; mientras que el precio del pollo fresco entero resulta inferior en $13,50 en los supermercados.

EL ESFUERZO LO HACE LA CLASE MEDIA

Hay un dato que podría pasar inadvertido, pero vale la pena tomar en cuenta para entender cómo se comportan los precios en los puntos de venta en función del poder adquisitivo de los consumidores.

Según el IPCVA, "los precios de la carne vacuna tuvieron alzas leves, del 0,7%, en abril de 2019, con respecto a marzo, en los puntos de venta que atienden en barrios de nivel socioeconómico alto". El incremento toma fuerza cuando se analizan los puntos de venta que atienden al nivel socioeconómico medio, donde los precios mostraron alzas moderadas, que resultaron del 1,8%; mientras que en aquellos que atienden al nivel socioeconómico bajo los precios mostraron caídas moderadas, que resultaron de una baja del 1,6%.

Hoy el consumidor no resiste más aumentos y por eso probablemente el precio de la carne se estabilice hasta fin de año. Sin embargo, más allá del valor que tenga, de las comparativas que muchos ganaderos hacen en cuanto a lo que ocurre en nuestro mercado interno y lo que pasa con el valor de la carne en otros países, es casi imposible poder explicar en pocas palabras la pregunta que todos se hacen: ¿por qué es tan cara la carne en el país de las vacas? Quizá debamos comprender que al perder stock vacuno por malas políticas dejamos de ser un gran proveedor ganadero. Son temas culturales, tal como ocurre con el alto consumo interno cuando en el mundo son los sectores de mayor poder adquisitivo los que almuerzan o cenan un rico bife. Como sea, la carne siempre queda en el centro de la polémica y las crisis económicas recurrentes tampoco aclaran el panorama. Aquí es donde nos damos cuenta que cuesta mucho eludir la realidad de que la carne en el mundo es un producto de alto valor y nos cuesta tanto encontrar una política ganadera bajo la cual la sociedad pueda comprar carne a precios accesibles en un contexto en que el dinero alcance para pagarlos.