“La verdad de la milanesa” es un típico refrán argentino que se utiliza para expresar una verdad irrefutable, una realidad con prueba empírica. Y vos, ¿querés saber la verdad de la milanesa sobre su origen?.
Cada plato tiene su origen, su cultura, y sus peculiaridades. Sin embargo, muchas expresiones gastronómicas son de uso corriente en la lengua de los argentinos. ¿Por qué la decimos? ¿Hay milanesas que dicen la verdad, y otras que dicen mentiras?.
Aunque en un comienzo se suponía que la milanesa había nacido en Viena, luego se supo que la receta original, mucho más antigua que la del schnitzel o escalope vienés, proviene de Milán, donde se preparaba el escalope con huevo y pan rallado.
Lee también: Adiós a la media res y a una tradición 100% argentina
A la polémica se sumaron los alemanes, que aseguran que ellos acuñaron la idea de empanar la carne a principios del siglo XX, y se proclamaron en su momento padres de la milanesa. Lo cierto es que fue en América latina donde se hizo popular y se la comenzó a llamar con ese nombre.
Yendo al origen del refrán, podemos decir -en resumen- que el rebozado de la milanesa preserva la carne, y cuando uno la come no sabe realmente qué hay adentro. Esto le pasaba a mucha gente entre 1920 y 1930, dónde se preguntaban: ¿Qué nos pusieron acá adentro?.
Acá es cuando se devela su origen ya que recién cuando uno la abría y la cortaba, podía ver si era de pollo, de carne, o de cerdo. Esa era la verdad de la milanesa.
Lee más: Lanzan la segunda campaña de vacunación contra la fiebre aftosa y la brucelosis
