
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) y, respecto a la siembra de maíz temprano, septiembre había comenzado con grandes oportunidades, pero también con riesgos significativos. La inédita carga de lluvias de agosto —193 milímetros en promedio, frente a los 30 milímetros históricos— generó fuertes dudas sobre la posibilidad de completar la siembra del maíz temprano dentro de los plazos ideales. Fue el agosto más lluvioso en tres décadas, y la persistencia de precipitaciones cada fin de semana ponía en jaque el avance de las sembradoras.
En ese contexto, la tregua climática de la primera quincena de octubre fue determinante. Pese a los caminos complicados y los lotes saturados, los productores redoblaron esfuerzos y lograron culminar la implantación del maíz temprano justo a tiempo, evitando que el período crítico del cultivo coincida con la primera quincena de enero. De este modo, la región núcleo completó 1,4 millones de hectáreas sembradas, permitiendo que los productores ahora puedan enfocarse en la soja de primera.
Desde Corral de Bustos, los técnicos celebran el estado de los lotes: “está todo muy bien nacido, con pre emergentes incorporados, sin escapes de malezas. Estamos arrancando el temprano bárbaro, como hace muchos años que no pasaba”, destacaron.

Zonas con dificultades para el maíz temprano
El panorama no fue uniforme. En el centro y este del norte bonaerense, particularmente en los alrededores de Junín, parte del maíz planificado como temprano debió reprogramarse hacia fechas tardías. “Hacia Lincoln, Los Toldos y 9 de Julio, la situación sigue complicada: hay muchos lotes con exceso de agua y gran parte se reprogramó para siembras tardías”, señalaron los técnicos consultados.
De todas formas, en Junín precisan que “gran parte de lo que estaba planificado como temprano se logró hacer, salvo en lotes puntuales”. También se registraron recortes por encharcamientos que dejaron sectores sin sembrar.
Desde San Gregorio, en tanto, relatan las dificultades que implicó avanzar entre lluvias: “fue una pequeña odisea ganarle días de siembra a las lluvias que entorpecieron el avance de las sembradoras, aunque finalmente se pudo completar. Se sembró casi todo lo que se iba a sembrar de temprano. Si bien la intención este año era aprovechar el potencial sembrando antes, arrancamos recién el 18 de septiembre, después el avance fue muy cortado. De todos modos, se pudo terminar bien”.
Los técnicos coinciden en que las emergencias son muy buenas, con perfiles de suelo bien cargados y plantas que asoman con uniformidad y vigor, marcando un inicio prometedor para la nueva campaña maicera en la región núcleo.