En los últimos cuatro años, el oeste de la provincia de Córdoba viene teniendo lluvias por debajo de los 500 milímetros anuales, cuando supo tener temporadas de 700 milímetros. El año pasado específicamente, las precipitaciones fueron muy por debajo de lo normal, al punto de que no cayó nada de agua durante la primavera. Frente a este panorama, es probable que el pasto no se recupere, para tener reservas en invierno.
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Perfil del productor del oeste de Córdoba
En los departamentos de Pocho, San Alberto y San Javier, hay un stock de 90.000 animales actualmente, los cuales se distribuyen entre 2.300/2.400 productores. Si bien algunos tienen más hacienda y otros menos, en promedio cada uno dispone de 35 animales. En ese sentido, la mayor parte son productores «de subsistencia», tal como ocurre en el norte de Córdoba. En otras palabras: al ganado lo usan para vivir el día a día y no para crecer en términos productivos.
Preocupación por la sequía
En un contexto signado por la falta de agua (más allá de las últimas lluvias), el dirigente de la Sociedad Rural de Jesús María, Pablo Martínez acompañó al diputado nacional, Luis Picat (ex presidente de SRJM) a una reunión con productores del oeste de la provincia de Córdoba, muy preocupados por la sequía que lleva más de seis meses.
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En concreto, pronostican que las pasturas no se podrán recomponer, lo que dificultará tener reservas para el invierno. Por esa razón, Picat convocó a algunas Sociedades Rurales de la provincia a formar parte de una campaña solidaria, a fin de colocar la hacienda que queda y así alivianar pérdidas. “Junto a Pablo Martínez de la SRJM nos pusimos a disposición para coordinar la campaña”, expresó nuestro ex presidente y ex intendente de Jesús María.
Duro testimonio de Emilio Lioni, productor de la zona
«La Pampa de Pocho está atravesando por una situación de crisis hídrica tremenda. Venimos del año pasado, donde el 18 de febrero hubo una helada, que afectó la cosecha y el pasto para los animales. Eso implicó que nos quedemos sin reserva ganadera para los rodeos de cría y muchos productores tuvieron que salir a vender animales. Como si esto no fuera suficiente, pasamos por un periodo de seis meses de sequía extrema, donde no se alcanzaron a recuperar los pastos de los campos e, incluso, los ríos Jaime y Panaholma se secaron. Por más que éste marzo sea llovedor, estamos preocupados por las primeras heladas que acá son en mayo. Estamos sin pasto y sin agua, y comprar un rollo hoy es carísimo. A la gente no le alcanza vender un ternero para comprar rollo. Lamentablemente, muchos se aprovechan de esto, entonces una vaca que vale 150 mil pesos, la compran a 50 mil, 60 mil pesos. Al pequeño productor no le queda otra que desprenderse de la hacienda porque va a ser un invierno muy largo éste. Por eso, andamos buscando soluciones y colaboración».