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Cómo controlar la invasión del vison, la especia que amenaza a La Patagonia

El pequeño animal amenaza la fauna local, se multiplica sin control y se alimenta de aves, peces y otras especies nativas, poniendo en riesgo el equilibrio de los ecosistemas del sur del país.

El visón americano, un mamífero que pesa menos de un kilo, actualmente se convirtió en una verdadera plaga en el sur de Argentina. Desde Neuquén hasta Tierra del Fuego, su presencia es cada vez más frecuente y preocupa tanto a especialistas en fauna como a las autoridades de Parques Nacionales.

Esta especie exótica invasora logró expandirse con facilidad gracias a su enorme capacidad de adaptación. Se la puede encontrar en ambientes tan diversos como montañas, bosques, mesetas y costas. Justamente por eso, cuantificar cuántos visones hay en la región se volvió una tarea prácticamente imposible.

En provincias como Santa Cruz, el avance del visón fue muy notorio, ya que se detectaron ejemplares en zonas donde antes no estaban presentes, como las mesetas, e incluso en ecosistemas más áridos como la estepa.

El daño ecológico que provoca esta especie es significativo. Se alimenta de aves, peces, anfibios y pequeños mamíferos, incluyendo animales más grandes que él mismo. En este contexto, las autoridades están llevando adelante planes específicos para intentar controlar su propagación, aunque erradicarlo por completo es un desafío.

El plan de acción se basa principalmente en campañas de captura que se desarrollan de forma continua en áreas consideradas prioritarias. Esto incluye zonas de alto valor ecológico, como sitios donde nidifican especies amenazadas como el pato de los torrentes o el macá tobiano. En lugares como la isla Victoria, las trampas se mantienen activas durante todo el año.

Existen dos métodos principales para capturar visones. El primero es el uso de trampas de captura muerta, en las que el animal muere al instante. Este método se emplea sobre todo en áreas cercanas a ríos, donde nidifican aves que son especialmente vulnerables a la depredación del visón. El segundo método es la captura viva, que permite atrapar al animal sin matarlo y se utiliza con el objetivo de evitar dañar a otras especies nativas, como el huillín o ciertos zorros.

Al tratarse de una especie exótica invasora, la estrategia más eficaz continúa siendo la eliminación directa de los ejemplares. Uno de los mayores problemas es que no tiene depredadores naturales en esta región. Aunque se supone que un puma podría llegar a matarlo por competencia, en la práctica, el visón no encuentra grandes amenazas que frenen su expansión.

Su pequeño tamaño no impide que genere un gran impacto. Controlarlo no es tarea fácil, pero evitar su propagación es clave para proteger la biodiversidad patagónica.

 

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