Agricultura

Enfermedades en la soja: Desde Aapresid hacen un repaso para lograr sanidad en el cultivo

Aapresid realiza un repaso por las enfermedades que están requiriendo más atención en estas últimas campañas y las pautas de manejo a tener en cuenta. La soja y su sanidad.

"La producción de soja enfrenta desafíos particulares debido al aumento de su superficie de siembra en la última campaña, a las cambiantes condiciones climáticas y la presencia de diversos patógenos que afectan el cultivo desde la calidad de semilla hasta la formación de rendimiento", informan desde Aapresid.

Y agregan que "en la actual campaña, el "subibaja" de condiciones climáticas afectó el ciclo de la soja, la mayoría de los lotes sufrieron estrés por sequía y calor en etapas reproductivas, impactando tanto en el cultivo como en el surgimiento de enfermedades. La llegada de las ansiadas lluvias de hace algunos días, sumado al estado fenológico del cultivo, ha generado un escenario propicio para el desarrollo de enfermedades en lotes de soja que no la venían pasando del todo bien. Ante este contexto, es fundamental comprender las principales amenazas y adoptar estrategias de manejo que sean efectivas y sustentables."

El avance de la campaña soja y con ello las enfermedades de fin de ciclo

Las enfermedades de fin de ciclo (EFC) desde hace varias campañas se destacan por su prevalencia, incidencia y severidad, principalmente la Mancha marrón (Septoria glycines) y el tizón de la hoja y mancha púrpura de la semilla (Cercospora kikuchii). En el análisis de la encuesta REM a socios de Aapresid, el 35% y 30%, respectivamente, las mencionan como su enfermedad principal, y disparadoras de la decisión de aplicación de fungicidas.

Campaña a campaña, el complejo de EFC tiende a ser cada vez más amplio y con requerimientos de controles más tempranos. Esto se debe por un lado al largo periodo de latencia que presentan estos patógenos y por otro, a la tecnología de fungicidas que permite controles más persistentes. El promedio de disminución de rendimiento causado por EFC es de alrededor del 10%, pudiendo llegar a 20% en años con condiciones muy predisponentes para la aparición de las mismas.

Esta campaña, la rotación de cultivos se vió diezmada por diversas causas. Por ello, los rastrojos presentan una alta carga de inóculo que, sumado a las abundantes precipitaciones, permitieron el ascenso de los patógenos. A continuación, un repaso de las enfermedades que están requiriendo más atención en estas últimas campañas y las pautas de manejo a tener en cuenta.

Mancha marrón en la soja, la infaltable

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La mancha marrón, causada por Septoria glycines, es la principal enfermedad en todas las regiones censadas por la REM, marcando su presencia en todo el territorio nacional (Fig. 1). Tiene un inicio temprano en el cultivo y un progreso significativo a partir de la plena floración, siendo favorecida por la alta humedad y temperaturas moderadas. Se manifiesta con manchas marrones irregulares en las hojas, reduciendo la capacidad fotosintética y afectando directamente el rendimiento.  El inóculo de este patógeno persiste en rastrojos y la difusión de este hongo dentro del canopeo se da principalmente por el salpicado provocado por la lluvia. Para el manejo requiere un enfoque integrado de rotación diversificada y el uso eficiente de fungicidas foliares que frenen el temido avance, sabiendo que no existen variedades resistentes, pero que sí tienen diferente susceptibilidad.

Al momento de decidir el control con fungicidas se debe tener en cuenta que en Argentina,  se confirmó en la mutación G143A en una cepa de S. glycines asociada a resistencia a fungicidas QoI: estrobilurinas. Este hallazgo, liderado por F. Sautua y M. Carmona de la Cátedra de Fitopatología de la FAUBA, activó la necesidad de seguir de cerca al patógeno e implementar estrategias de manejo preventivas.

Mancha púrpura en la soja, la más temida

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El tizón de la hoja o mancha púrpura de la semilla, debida al patógeno Cercospora kikuchii, es la más temida por muchos productores a lo largo de toda la región sojera (Fig. 2). Las temperaturas superiores a 28ºC y la humedad prolongada favorecen su propagación. Ataca la planta, provocando manchas en las hojas con una coloración violácea muy particular y un encrespado de las mismas que reduce la superficie fotosintética y puede causar defoliación. Las mismas manchas se pueden llegar a presentar en vainas y granos.  El hongo se activa con el sol, por lo tanto los síntomas se comienzan a ver en hojas que están más expuestas y el progreso temporal se acelera después de R3. El inóculo proviene de semillas y rastrojos infectados, por lo que es más problemático en la sucesión soja-soja. La rotación y el correcto uso de fungicidas resulta clave en el manejo de este patógeno.

Enfermedades de raíz y tallo, cada vez más presentes en las últimas campañas

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En el análisis de REM para la Chacra Bandera de esta campaña (Fig. 3), se evidenció que a las enfermedades foliares “tradicionales” de fin de ciclo se le suma un aumento en la prevalencia de aquellas de raíz y tallo debido a las condiciones de estrés térmico e hídrico. Esta problemática, si bien es manifestada por los productores y asesores, en la mayoría de los casos afirman que no es fácil su diagnóstico y manejo.

Las enfermedades que afectan a la raíz y parte basal del tallo pueden ocasionar la muerte de las plantas, con las consiguientes grandes pérdidas económicas. Generalmente, estas patologías pueden identi?carse fácilmente en el campo, ya que se presentan en forma de rodales en sectores particulares dentro de un lote.