En el precio final de cada bien producido en el país, dependiendo del sector, entre un 40% y 50% del valor de venta corresponde a impuestos.
“El nivel de presión tributaria es el primer problema de la industria, luego está el tema de los costos logísticos, luego los costos laborales no salariales, que también tienen una parte fiscal. Pero la presión tributaria es el problema de mayor impacto en este momento”, afirmó Daniel Funes de Rioja, titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios. El directivo aseguró que “no hay ninguna posibilidad de absorber más impuestos”.
Desde el sector autopartista, Juan Cantarella, director Ejecutivo de AFAC, señaló al diario El Cronista que “en autopartes, la carga tributaria era (los últimos datos son de 2015, pero la tendencia se mantiene) del 17,85% del precio de venta sin IVA”, a lo que hay que sumar los impuestos que pagan los proveedores de insumos. Así, “la incidencia total de impuestos es de 23,82% y a eso, además, hay que sumarle 21% de IVA”, precisa Cantarella. Fuentes de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) afirmaron que “en la instancia de producción, hay tres impuestos (Ingresos Brutos, tasas municipales e impuesto al cheque) de gran impacto en el costo de fabricación de un vehículo. Se superponen a lo largo de la cadena (insumos y proveedores, y se carga en el precio del auto). Es por ello que son los impuestos más distorsivos”.
Además, el Gobierno generalizó la aplicación de derechos de exportación de $ 3 por dólar para la industria, y de $ 4 para el sector primario y los servicios