La Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Marcos Juárez del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) emitió un Informe preliminar de la calidad del trigo de la región central del país en el que confirma que “la campaña triguera 2016/17 se caracterizó nuevamente por los altos rindes y los bajos contenidos de proteínas”.
“Por segundo año consecutivo se registran valores bajos en toda la región central del país”, afirma el estudio elaborado por los investigadores Martha Cuniberti, Leticia Mir, Eugenia Chialvo, Omar Berra, Susana Macagno, Mariela Pronotti y Gustavo Mansilla. Cabe recordar que el ciclo 2015/16 mostró los peores estándares de la historia.
Los datos del Inta Marcos Juárez confirman así lo que ya habían anticipado la directora del Laboratorio de Análisis de Semillas de Jesús María, Ana Laura Göldy, quien había señalado que “la calidad está yendo en desmedro de los altos rindes”; mientras que el presidente de la Sociedad Rural de Leones, Guillermo Sarboraria, le había reconocido a Agrovoz que la calidad "es floja”.
El Inta Marcos Juárez, junto a la Bolsa de Cereales, ya pusieron en marcha el primer monitoreo provincial de calidad de trigo, cuyos resultados para todo Córdoba esperan presentar a fines de enero.
Rindes “quita hipo”
Según el Inta Marcos Juárez, se registraron rendimientos de hasta 100, 90 y 80 quintales por hectárea en algunos lotes de la zona de Montes de Oca, de Inriville; con promedios de 45 quintales en la zona de Marcos Juárez, 40 quintales en la zona de Bell Ville y otras zonas del área muestreada. Estos valores superan largamente la media histórica para esta zona, ubicada en 30 quintales.
La Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario lo calificó de manera graciosa: “Cosecha de trigo a todo vapor, con rindes que quitan el hipo”, tituló en su último informe semanal para la zona núcleo, en el que asegura que “los resultados de esta segunda semana (de cosecha) promediaron los 45 quintales por hectárea, derribando hasta las proyecciones más optimista de muchos técnicos”.
Fertilizantes insuficientes
No obstante, el mayor aporte de fertilizantes nitrogenados por parte de los productores, incluso en macollaje, no alcanzó para cubrir rindes tan elevados, lo que implicó una caída en la proteína, “dando granos con alto porcentaje de panza blanca, de endosperma muy almidonoso”, precisó el Inta Marcos Juárez.
El diagnóstico de los investigadores de esta experimental es que “el llenado de granos fue lento y prolongado, debido a las muy buenas condiciones de ambiente que favorecieron el tamaño de grano, dando excelente peso hectolítrico, con un promedio hasta el momento de 80 kg/hl, dos puntos superior a la cosecha pasada”.
En tanto, el peso de 1.000 granos promedio está en dos o tres puntos por encima de la campaña pasada, con un promedio de 35,60 gramos en lo muestreado hasta el momento que comprende sur de Santa Fe, sudeste, centro, sur de Córdoba y Puerto de Rosario. Falta aún muestrear las zonas de Río Cuarto y Norte de la provincia de Buenos Aires para completar el relevamiento de la campaña actual.
Proteínas y gluten
En cuanto a las proteínas, “en promedio hasta el momento se ubican en 9,8 por ciento (0,5 por ciento superior a la cosecha anterior), baja cantidad pero de buena calidad ya que produce glútenes altos para esos niveles bajos de proteínas, con un promedio de 23,3 por ciento superiores en 2-3 por ciento a la cosecha pasada, aumentando la relación Gluten/Proteína”.
El porcentaje óptimo de proteína que la industria molinera requiere para fabricar pan es, como mínimo, del 10,5 por ciento.
Por último, el indicador denominado “Falling Number” presenta valores altos con un promedio de 351 seg., normal para la región, con baja actividad enzimática ya que a cosecha el clima fue seco, sin exceso de lluvias que pueden producir el brotado en planta. El grano germinado hace que aumente la alfa-amilasa de las harinas dando como consecuencia Falling Number de valores bajos, inferiores a 200 seg.