
Uno de los desafíos habituales en las extensas zonas rurales de Río Negro es la señal irregular de internet y telefonía móvil. Para sortear este inconveniente, se han desarrollado equipos de riego que se comunican mediante señales de radio, sin depender directamente de la red móvil. Estos sistemas instalan antenas distribuidas en el campo, conectando los pivots entre sí hasta llegar a una torre central, que es la única que requiere conexión a internet.
"En esta región de Río Negro, donde la conectividad es un tema complejo, los sistemas basados en radio funcionan de manera óptima", explicó un representante del sector. La conexión final a la red global se realiza mediante soluciones de internet satelital, como Starlink, lo que permite que la oficina central del campo permanezca siempre conectada y que los productores reciban información en tiempo real en sus celulares.

Río Negro: Con la nueva tecnología se puede supervisar simultáneamente hasta 10 pivots en una jornada.
Aunque la inversión inicial en un proyecto “llave en mano” —que incluye el pivot, cañerías, bombas y la instalación— es elevada, los beneficios en productividad y calidad de los cultivos justifican el gasto. En promedio, un equipo de 50 a 60 hectáreas implica un costo de entre 1.800 y 1.900 dólares por hectárea solo por el pivot. Con un manejo adecuado y una rotación eficiente de cultivos, se estima que la inversión puede amortizarse en 5 a 6 años, consolidando el sistema como una garantía para obtener cosechas de calidad en zonas con escasas precipitaciones.
Desafíos pendientes en Río Negro
Entre los pocos inconvenientes identificados se encuentran la alta demanda de agua (entre 14 y 16 milímetros diarios en áreas como Viedma o Choele Choel) y la falta de líneas eléctricas en las zonas donde se expanden los cultivos, un factor que limita la instalación de estos sistemas en ciertas áreas.