Fernando Vilella se perfila como el secretario agropecuario del presidente electo, Javier Milei. Cuáles son las expectativas del campo con respecto al plan de retenciones y otras propuestas abordadas durante la campaña.
El alivio ante la victoria del líder libertario tiene que ver con la presión fiscal que ha ejercido el oficialismo saliente, ahora y durante los gobiernos Néstor y Cristina Kirchner. Incluso, muchos creen que el presidente electo tiene un mandato cívico más sólido que Mauricio Macri para dejar atrás los “argumentos k” que imponían la captura de la renta agropecuaria por parte del Estado.
Por eso, si bien los productores agropecuarios tienen expectativas sobre baja de retenciones y reducción de la brecha cambiaria, se percibe que muchos valoran más el horizonte de largo plazo y no se desvelan tanto por anuncios urgentes.
Hace apenas una semana, en este mismo espacio, decíamos que solo faltaban pocos días más de paciencia. Y luego de las PASO de agosto reflejábamos que muchos referentes del campo se sentían más acompañados que nunca por la sociedad, que había sumado más del 60% de votos con un sentido a favor de las reglas de mercado. Finalmente, en el balotaje las cifras fueron similares. Y ese es el cambio de clima que perciben los ruralistas, justo ahora que también hay señales positivas desde la meteorología.
En este sentido, vale una salvedad: se adelantaron retenciones y divisas de los granos que vendrán; aún no fueron cosechados pero se liquidaron por los incentivos que implementó Sergio Massa para conseguir dólares.
Con todo, la cosecha será mucho mejor que en la última campaña agrícola y habrá tanto dólares para la economía como mayor actividad y empleo, en especial en el interior del país donde el apoyo electoral a Milei fue más elocuente. Si se liberan las restricciones, por ejemplo en el mercado exportador de carnes, y se facilita el desarrollo de las economías regionales, en casi todas las provincias se percibiría un dinamismo renovado más temprano que tarde.
Por eso, el principal deseo es que, con una mirada de largo plazo se establezcan “reglas claras para invertir y desarrollar el interior del país”. Se aguardan “cambios drásticos”, pero “sostenibles”. Mientras tanto, en el corto plazo, el mercado de granos mantiene su calma a la espera de las nuevas condiciones que regirían a partir del 10 de diciembre.
De cualquier manera, Agricultura fue de una de las primeras áreas en las cuales se empezó a trabajar en la transición. Este martes, se realizó la primera reunión entre el secretario saliente, Juan José Bahillo, y Fernando Vilella, que lo sucedería. Y el encuentro fue “muy ameno”, afirmaron las partes.
Vilella no fue confirmado aún y en ese sentido es clave la definición de quién será el ministro de Economía, no sólo para confirmar los cargos sino también para precisar las políticas para el sector, desde las retenciones hasta los detalles del amplio plan que el ex decano de la Facultad de Agronomía de la UBA presentó ante el equipo libertario.
El eventual funcionario fue ministro agropecuario de la provincia de Buenos Aires, desde la asunción de Daniel Scioli como gobernador hasta el conflicto por las retenciones móviles, en 2008. Alli trabajó con Guillermo Francos, entonces presidente del Banco Provincia.
A 15 años de esa fugaz experiencia, Vilella cuenta con un amplio respaldo de la comunidad agroindustrial por su perfil dialoguista y su constante vocación de generar propuestas constructivas.
El equipo liderado por Vilella, en el que también trabajan activamente Pedro Vigneau (ex presidente de Aapresid y actual titular de Maizar y Germán Paats (directivo de la fundación Barbechando), puso el foco en la cuestión estrucutural, la presión impositiva sobre la soja, el maíz y el trigo, los principales cultivos de la Argentina y que impactan en las ecuaciones económicas y productivas de los productores.
Apuntan a un camino corto de reducción de las alícuotas, establecido por ley, de modo que parte de esos recursos puedan ser bonos habilitados para el pago de impuestos o inversiones, y el resto de los derechos de exportación anularse desde el primer día”. También plantean la quita de una multiplicidad de regulaciones que impiden exportar e importar insumos o maquinaria agrícola.
Esas ideas fueron difundidas ante la sociedad en la campaña previa al balotaje. Esa etapa ya es historia y los votos convalidaron la propuesta, que ahora deberá ponerse en práctica. Se verá si es con un shock o con un cambio gradual.
Lo que más inquieta es poner el motor en marcha y que se avance sin los obstáculos que la agroindustria ha “sufrido” durante muchos años, por parte de la política argentina que el último domingo cambió sus fundamentos.