
La colza se ubica como una alternativa estratégica dentro de los cultivos de invierno. La misma entra dentro de la categoría de las oleaginosas brasicáceas, que sirven para fabricar biocombustibles.
En esta línea, Leonardo Coll, especialista del INTA Paraná, subrayó que “las brasicáceas ofrecen una gran oportunidad para diversificar la secuencia de cultivos, lo que no solo mejora la producción, sino que también facilita el control de determinadas enfermedades y malezas”.
En relación con las recomendaciones para la siembra de colza, desde el INTA indicaron que la planificación debe comenzar antes de la cosecha del cultivo de verano. “Es fundamental definir los lotes destinados a la colza y gestionar adecuadamente los rastrojos, ya que una distribución uniforme favorece una implantación homogénea”, puntualizó el especialista, y añadió: “Dado que la semilla de colza es pequeña, se recomienda evitar una cobertura excesiva de rastrojos y regular correctamente la sembradora para garantizar una siembra eficiente”.
La siembra de la colza: un punto clave
El momento de siembra y la elección del cultivar son aspectos clave sin costo adicional. Coll afirmó que “gracias a la información generada por el INTA, los productores pueden conocer el potencial de rendimiento y el ciclo de cada variedad para definir la fecha óptima de implantación”. La colza requiere una siembra más temprana que el trigo, con una ventana ideal entre abril y mediados de mayo. Según el especialista, el esquema recomendado es similar al del trigo: comenzar con cultivares de ciclo largo, seguir con intermedios y finalizar con los de ciclo corto.
En el marco del convenio entre el INTA y la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), se han desarrollado ensayos en red en distintas experimentales del INTA. “Este trabajo conjunto permitirá generar información clave sobre el comportamiento de los cultivares en distintas fechas de siembra, la respuesta del cultivo a la fertilización y el rol de la colza como cultivo antecesor de soja o maíz en diversas regiones del país”, agregó Coll.

La siembra de colza va en crecimiento
El área cultivada con brasicáceas está creciendo aceleradamente en países como los Estados Unidos y Brasil. En la Argentina, si bien se ha incrementado, aún está lejos de alcanzar su verdadero potencial. La generación de información técnica y el acompañamiento de los productores serán fundamentales para consolidar la colza como una opción viable y rentable dentro del sistema productivo nacional.
Para más información: https://repositorio.inta.gob.ar/handle/20.500.12123/19853
Articulación público-privada
Con una fuerte apuesta por los biocombustibles, el INTA celebró un convenio con la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) para el desarrollo de cultivos bioenergéticos en el país.
El acuerdo busca de manera conjunta aumentar la cantidad de información disponible sobre el cultivo de colza y su industrialización con fines energéticos. Entre otros aspectos, prevé la ampliación de la red de ensayos del INTA y el fortalecimiento de los programas de mejoramiento del cultivo de colza —variedades o híbridos— de los semilleros, tanto del sector privado como público. Así como también la colaboración con los actores de la cadena para la definición de estrategias de difusión y extensión sobre el cultivo, entre otros puntos estratégicos para el futuro de la agroindustria.