Este martes se ha conocido la amplitud de la crisis de los huevos contaminados con fipronil. Un total de 40 países se han visto afectados, de los cuales 24 pertenencen a la Unión Europea. Y España se encuentra entre ellos.
El ministro de agricultura alemán, Christian Schmidt, ha exigido responsabilidades. "Confío en que el Sistema Europeo de Alerta Rápida funcione correctamente, de acuerdo con su nombre. En el pasado no fue así, la información se conocía desde hacía meses, pero no se transmitió".
Se sabe que al menos Bélgica supo del fraude en el mes de junio, pero la información no se dio a conocer hasta que las autoridades holandesas hicieron sonar las alarmas en agosto.
El comisario europeo responsable del dosier, Vytenis Andriukaitis, ha defendido la actuación de la Unión Europea y ha afirmado que en cuanto se notificó el fraude, se actuó con rapidez para proteger a los consumidores. Aunque ha reconocido que aún queda mucho por hacer: "Seremos extremadamente vigilantes y no toleraremos que las acciones de unas pocas personas pongan en entredichola reputación y la estabilidad de nuestra cadena alimentaria, uno de los pilares económicos de la Unión Europea", ha declarado al término de una reunión de ministros de agricultura de la Unión Europea.
El escándalo ha obligado a cerrar granjas y a destruir huevos. Dos empresarios holandeses están detenidos, acusados de haber introducido el fipronil, una sustancia química no autorizada, en las granjas avícolas. Pero está por ver si se pueden exigir responsabilidades a nivel de estados miembros.
Los países más afectados por la crisis son Holanda, Bélgica, Alemania y Francia.