Una de las marcas más reconocida de la Argentina, celebra su 95° aniversario. Fundada en 1929 por Antonino Mastellone y Teresa Aiello, La Serenísima supo convertirse en uno de los lideres de la industria láctea.
La historia de la Serenísima
Desde sus inicios, Mastellone Hnos., la empresa detrás de La Serenísima tuvo en enfoque claro y supo adaptarse a las distintas necesitades del mercado.
Uno de los aspectos más destacados es su enfoque en las nuevas generaciones, adaptándose a sus hábitos de consumo, como la inclusión de alimentos vegetales y opciones más saludables, mientras continúa brindando los productos clásicos.
Aunque hoy la sustentabilidad es un tema en boca de todos, La Serenísima fue una de las empresas precursoras en este ámbito desde mucho antes de que se convirtiera en una tendencia. La compañía implementó iniciativas que minimizan su impacto ambiental, con especial atención a la gestión eficiente de los recursos naturales y la reducción de su huella de carbono.
Programas de reciclaje, optimización del uso de energía y la gestión de residuos son solo algunas de las acciones que Mastellone lleva adelante.
A través de programas educativos sobre hábitos saludables, jornadas de reciclaje y mentorías para escuelas técnicas, la empresa ha trabajado para devolver parte de su éxito a la sociedad.
Además, su colaboración con productores lácteos y escuelas agrotécnicas ha fortalecido la lechería nacional, contribuyendo al desarrollo del sector y apoyando la formación de las futuras generaciones de productores.
A lo largo de los años, mantuvieron un portafolio que incluye leche, dulce de leche, quesos, yogures, cremas y hasta productos a base de vegetales, adaptándose a los gustos y necesidades de cada generación.
Con más de 150 productos libres de gluten y otros pensados para consumidores más conscientes de su salud, La Serenísima se ha mantenido a la vanguardia de la innovación alimentaria, uniendo tradición con modernidad.
En la actualidad, procesan más de 3.8 millones de litros de leche por día, tiene nueve plantas de clasificación, y trabajan con más de 600 tambos certificados libres de brucelosis y tuberculosis.