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“Con una larga tradición en la lechería de la provincia de Buenos Aires, los hermanos Enrique y Lázaro Llorens, miembros del grupo CREA sin fronteras Quesero, retomaron una actividad que había marcado a su familia décadas atrás: la producción de quesos”, describen desde CREA.
Y relatan que “tras un período en el que la empresa se alejó del negocio, decidieron revivir el legado de su abuelo y reorientarlo a un mercado de alto valor agregado para paladares exigentes. Hoy, con una majada de 950 cabras, producen quesos gourmet y diversifican su oferta con truchas ahumadas y quesos elaborados con leche agroecológica, que distribuyen a todo el país.”
Es que, según consignan, “la historia de la familia Espain Llorens está arraigada en la ciudad bonaerense de Trenque Lauquen. A fines de la década de 1950, el abuelo de Lázaro, junto con sus primos, fueron pioneros en la localidad vecina de 30 de Agosto, cuando introdujeron la raza Holando Argentino y fundaron la primera fábrica de quesos de la región, a la que llamaron 7 Primos. Inicialmente, la familia se dedicaba a la cría de ovinos, pero una severa sequía los llevó a la quiebra y los obligó a reconvertirse hacia la producción de vacas lecheras.”
“La familia continuó vinculada a la lechería argentina, aunque se limitó a la producción primaria, con la venta de leche fluida a las usinas lácteas. Sin embargo, Lázaro siempre sintió una especial atracción por la elaboración de quesos”, agregan.
“De chico visitaba la vieja fábrica de mi abuelo y me encantaba entrar al sótano, donde se estacionaban los quesos”, recordó el productor.
Fue así que “en la década del 2000, mientras el boom de la soja transformaba al campo argentino, la familia seguía dedicada al tambo de vacas, enfocada en la producción primaria. Pero en 2006, durante un viaje a Villa Dolores, provincia de Córdoba, en busca de alfalfa para alimentar al ganado, Paco descubrió el potencial de las cabras y se entusiasmó con el alto valor agregado de los productos derivados”, explican. Y agregan que “comenzaron con una majada de 10 cabras en Córdoba y, en 2009, iniciaron la producción de quesos a pequeña escala, primero en la zona y luego en negocios de la capital cordobesa. La marca se denominó 7 Cabritos, como un homenaje a la empresa familiar fundada por sus antepasados.”
“Siempre tuvimos en mente desarrollar la majada para alcanzar un volumen significativo”, explicó Lázaro. En 2014, gracias a la experiencia acumulada con las vacas, lograron ampliar la majada a 700 cabras. Fue entonces cuando decidieron regresar a sus raíces en Trenque Lauquen. “Cargamos las cabras en un camión y rearmamos todo en tierras bonaerenses”, relató. Hoy, la majada cuenta con 950 cabras, de las cuales se ordeñan 450, que producen 800 litros de leche diarios. Con esta materia prima, elaboran una variedad de quesos que se distribuyen en todo el país, principalmente en mercados de alto poder adquisitivo.
En tanto, relatan que “en los últimos años, la empresa diversificó su producción. Además de los quesos de cabra, comenzaron a elaborar quesos con leche de vaca producidos de manera agroecológica, bajo la marca 7 Vaquitas. Y, como la tradición sigue uniendo a la familia, Lázaro se asoció con un primo radicado en la Patagonia, experto en gastronomía y productor de truchas en el lago Alicurá, en Río Negro. Juntos lanzaron al mercado truchas ahumadas bajo la marca 7 Truchas.”
“Todos estos productos apuntan a un segmento de consumidores que buscan calidad. El crecimiento en el mercado les permitió compartir canales de comercialización y distribuir sus productos en todo el país, y crecer para emplear a cinco personas, además de los familiares involucrados en la empresa, y contar con asesores en industria y veterinaria”, añaden.
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Producción de quesos de cabra
En este marco manifiestan que “la majada de la familia Llorens está compuesta por cabras de las razas Saanen, originaria de Suiza; Anglo Nubian, de Gran Bretaña, y algunas criollas. La genética de estos animales se fue perfeccionando desde 2006, cuando comenzaron a adquirir ejemplares de otros productores y queseros del Valle de Traslasierra, en Córdoba.”
“Con esta base, la empresa produce leche en volumen suficiente para elaborar dulce de leche y una amplia variedad de quesos: duros, semiduros y blandos, todos con altos estándares de calidad, cuyos parámetros se alinean con los que aplican en los tambos vacunos de la empresa, donde ordeñan 1600 vacas”, añaden.
Actualmente, la producción diaria de leche de cabra alcanza los 800 litros, con picos de 20.000 litros mensuales en los meses de mayor producción, como diciembre y enero. Sin embargo, el clima no siempre es un aliado. “Vamos a ver cómo nos va en febrero. Las altas temperaturas nos están afectando, pero venimos con un buen ritmo”, comentó el empresario CREA, y explicó que la producción de leche es estacional: comienza en septiembre, con las pariciones, y se extiende hasta mayo o junio, cuando las cabras entran en un período de descanso hasta la próxima temporada.