
El informe indica que, en 2008, se registraban 11.542 tambos y de ahí se mantuvieron casi estables con pequeñas subas y bajas hasta en 2012 que treparon a los 12.001. En 2019 hubo una fuerte caída y cerró el año con 10.287. Al fin del mandato de Alberto Fernández en 2023 había 10.063. El primer año del nuevo gobierno de Javier Milei fue muy difícil para el sector lácteo que pasó a tener 9.407 tambos a fin de 2024.
Si se analizan las “existencias bovinas en tambos” del Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (Renspa) que maneja el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) el cierre del 2024 se dio con 9.129 establecimientos lecheros inscriptos.
Al margen de las diferencias, el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina OCLA asegura que en mayo de 2025 hay 9.039 tambos en pie y marca que se cerraron 80 en los primeros meses del año. En síntesis, desde la asunción del nuevo gobierno que había según OCLA 10.063 tambos cerraron sus puertas 1.024 tambos, según señala BA Negocios. Pese a que la producción de leche creció 11% en el primer cuatrimestre del año comparada con 2023, los cierres continuaron y alcanzaron el 10.2%.
Tambos cerrados en provincia de Buenos Aires
Sólo en la provincia de Buenos Aires cerraron 25 tambos en los primeros cinco meses del año, apenas quedan 1.805 establecimientos. Representan el 20% de los tambos existentes en el país. Si se mira con lupa el 91% de los tambos se concentran en las cuatro cuencas más importantes: Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos.
No sólo el factor climático afectó al sector, en 2024 hubo una fuerte caída en la producción. El consumo interno había caído a niveles inéditos ya que Argentina bajó de los 200 a los 160 litros de leche por habitante por año.

¿Cómo repuntarían los tambos?
Miguel Taverna, presidente de la Fundación para la Promoción y el Desarrollo de la Cadena Láctea Argentina (Funpel), en Todo Láctea señaló que la recuperación no estaba garantizada porque “la leche y los productos lácteos son muy sensibles a los niveles de ingresos. Si el salario real mejora, el consumo de proteínas, y especialmente de lácteos, se incrementa”.
Durante el lanzamiento del Seminario Internacional de Lechería (SIL), en la sede de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Sebastián Alconada, director nacional de Lechería, según su visión, el crecimiento del sector no está en apostar al mercado interno sino en mirar afuera. “Queremos aumentar las exportaciones porque estamos convencidos de que el crecimiento de la lechería está en el mercado exterior. Estamos en un mundo desafiante, con guerras comerciales que obligan a dar volantazos rápido”, señaló.
El funcionario explicó: “Nos pusimos como objetivo el financiamiento en mejoras y la baja de costos tranqueras para afuera. Ahí están las claves de la lechería. Nuestro trabajo es ser facilitadores, generar condiciones para que el tambero pueda hacer buenos negocios”. Pese al número alarmante de tambos que cerraron señaló “El productor es quien debe tomar las decisiones. No va a estar el papá Estado para decirle dónde tiene que invertir. Hay negocio en la lechería”.
Alfredo Trionfini, coordinador de lechería de la Confederación de Asociaciones Ruralistas de Santa Fe (Carsfe), señaló que son tres los problemas de la lechería: “La informalidad es el principal problema que tenemos. Luego la comercialización, pero creemos que solucionando la informalidad eso mejora bastante. El tercero es la sanidad, donde hay grandes problemas”.
El coordinador de Carsfe hizo un llamado al Gobierno: “Esperamos que el Estado fomente la creación de nuevos tambos, que es una forma de agregar valor. Estamos hablando con la industria, mano a mano, y coincidimos en la problemática. Somos todos empresarios y hacemos lo que podemos para sostener esto”, dijo.