En 1929, el inmigrante italiano Alfredo Rotania revolucionó la agricultura mundial cuando en la localidad santafesina de Sunchales logró diseñar y fabricar la primera cosechadora autopropulsada. La maquinaria, que permaneció durante décadas abandonada, fue restaurada en el año 2000 por CLAAS, gracias al impulso dado por un amante de la agricultura argentina como el señor Danilo Gallay. Ahora, del 22 de septiembre al 3 de octubre, por iniciativa del municipio de Sunchales y de la Fundación Biro será exhibida en Tecnópolis, la feria ubicada en Villa Martelli, Buenos Aires.
La Rotania será una de las innovaciones que podrán verse en el ciclo “200 Años de Inventos Argentinos” organizado por la Fundación Biro junto con la Escuela Argentina de Inventores y la Escuela Del Sol. La muestra propone un recorrido histórico con una línea de tiempo que ordena cronológicamente los principales inventos argentinos. Además de la cosechadora, grandes y chicos podrán conocer también el aporte otros innovadores locales como Juan Vucetich, inventor el Sistema Dactiloscópico para la identificación de las personas, Quirino Cristiani, inventor de la tecnología para producir dibujos animados, Ladislao José Biro, inventor del bolígrafo, y muchos más.
La propuesta está dirigida a chicos desde los 6 años de edad con la intención de despertar “su capacidad inventiva, estimulando su imaginación y animándolos a crear hoy los objetos que van a revolucionar nuestras vidas mañana”, indicaron desde la organización del evento.
Historia de la Rotania
Alfredo, junto a sus hermanos Miguel, Enrique y Fernando, instaló en 1915 un taller de máquinas agrícolas para atender las necesidades de los habitantes de Sunchales, en la provincia de Santa Fe. Comenzaron con el famoso tubo mecánico lanza paja de las máquinas estáticas, que luego fue reemplazado por el sistema corta y trilla traccionado por caballos o tractor. Pero en 1926 se embarcaron en la idea de crear otro tipo de cosechadora. Fue Alfredo quien pensó que debían mejorarse las maquinarias usando el motor de la corta trilla para impulsar toda la cosechadora, y de este modo lograr que tuviese tracción propia. En esa dirección trabajaron.
Después de mucha labor en el taller, en 1927 los hermanos Rotania comenzaron las gestiones para patentar el invento. En tanto, fabricaron cinco unidades de la innovadora cosechadora automotriz. El certificado de invención fue expedido en diciembre de 1929.
El invento representa un hito en la historia de la agricultura mundial. Fueron CLAAS y la Municipalidad de Sunchales quienes, con el apoyo del Banco Bisel, el Nuevo Banco de Santa Fe, el Banco Suquía, la Cooperativa Bica, la revista Chacra, Delloni y Asociados, Autodescargables El Sol, Menara Construcciones, Cestari Industrias Metalúrgicas, Nidera Semillas, Sancor Seguros, Bartoloni, Transporte Integral, Valtra Valmet y Vigía, pusieron en valor el invento local y le construyeron un cobertizo especial en la localidad que la vio nacer.
Ahora, desde el 22 de septiembre al 3 de octubre, de jueves a domingo, la primera cosechadora autopropulsada del mundo viajará desde Sunchales y podrá ser visitada por todos los argentinos en la feria Tecnópolis.