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La Sociedad Rural de Rosario exige previsibilidad y reglas claras

En marco del escenario desalentador por las sequías, la Sociedad Rural de Rosario puso cartas en el asunto y emitió un comunicado en el que refleja la compleja situación que atraviesan los productores en la región central del país, afectados por el impacto de tres eventos “La Niña” consecutivas.

En marco del escenario desalentador por las sequías, la Sociedad Rural de Rosario puso cartas en el asunto y emitió un comunicado en el que refleja la compleja situación que atraviesan los productores en la región central del país, afectados por el impacto de tres eventos “La Niña” consecutivas.

Previsibilidad y reglas claras son los principales reclamos que exige al Gobierno. Desde la Sociedad Rural de Rosario consideraron que el Gobierno debe tomar acciones concretas para que el sector pueda aportar lo suyo, siempre y cuando haya previsibilidad.

“Una vez más, la producción agropecuaria debe sortear un año productivo complejo y a la inestabilidad económica, se suma el mal clima. El campo forma parte de la solución a los problemas que nuestro país está padeciendo y por eso necesitamos reglas claras y previsibilidad, para seguir produciendo y exportando”, indicaron en un comunicado. Y agregaron: “también es necesaria la eliminación de cepos y cupos que distorsionan las actividades, sus planificaciones y resultados finales”.

La preocupación no es casual. En lo que va del transcurso del año, solo llovió la mitad de las cifras históricas (faltan más de 250 mm de agua) y las perspectivas no son las mejores, teniendo en cuenta los modelos agroclimáticos.  

“Hay que remontarse 60 años atrás para encontrar un otoño-invierno similar. Los pronósticos atmosféricos han confirmado que el fenómeno climatológico denominado “Niña”, que determina bajas precipitaciones en la pampa húmeda, se ha extendido por tercer año consecutivo”, advirtieron.

Y concluyeron: “el impacto de esta situación es brutal ya que se han dejado de sembrar un millón de hectáreas de trigo. Los cereales sembrados resisten, pero presentan pocos y débiles macollos, afectados por la sequía y consecutivas heladas. En el sur de Santa Fe se implantó solo el 40% de las legumbres invernales proyectadas, así como de las pasturas y verdeos de la temporada. En los campos preocupa el descenso de las napas. La cadena forrajera se está agotando, no hay rebrote de los pastos, las reservas son escasas y las cañadas naturales están secas”.