
Una nueva ronda de precipitaciones volvió a hacerse presente en gran parte de la provincia de Buenos Aires, cumpliendo con lo previsto por los pronósticos meteorológicos. Estas lluvias afectan especialmente a áreas que aún no se han recuperado de las fuertes tormentas e inundaciones ocurridas hace apenas diez días.
Aunque los niveles registrados recientemente no han sido tan altos, la caída de agua se produjo sobre suelos ya saturados, con una capacidad de absorción casi nula, lo que ralentiza aún más el proceso de escurrimiento superficial.
A esto se suma un problema agrícola importante: aún quedan numerosos lotes de soja sin recolectar. Las condiciones actuales impiden avanzar con la cosecha, lo que pone en riesgo tanto los rendimientos como la calidad del grano.
De acuerdo con el mapa de precipitaciones elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), los mayores acumulados se concentraron en el centro, este y norte de Buenos Aires, además de algunas zonas de Corrientes. En distritos del norte bonaerense como Salto, Pergamino, Rojas, Chacabuco y Capitán Sarmiento, las lluvias oscilaron entre 35 y 50 milímetros.
Estos valores, aunque moderados, tienen un fuerte impacto al sumarse a un terreno que todavía no ha drenado las intensas lluvias del pasado fin de semana del 15 al 18 de mayo, cuando se superaron los 400 milímetros en algunas áreas.
En ese contexto, la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) presentó un mapa que compara las reservas de humedad del suelo entre hace un mes y la actualidad. Allí se observa un notable aumento en el contenido hídrico en regiones del NEA, donde la sequía era severa, seguido por el norte y este bonaerense y el sur de Santa Fe. En contraste, el oeste del país muestra un comportamiento más seco, algo habitual para el mes de mayo.

La ORA advierte que, a pesar de que la semana pasada no se registraron lluvias de importancia, los suelos permanecen tan saturados que no podrán absorber nuevas precipitaciones por varias semanas, especialmente debido a la baja tasa de evaporación en esta época del año.
El informe también señala que las próximas lluvias se concentrarán justamente en las zonas más afectadas por los excesos actuales: norte y este de Buenos Aires, este de Santa Fe y Entre Ríos. Luego, el sistema de tormentas avanzaría hacia el este del NEA, otra región que ya presenta importantes problemas de anegamiento.
Aunque los modelos meteorológicos no coinciden plenamente respecto a la cantidad de lluvia esperada para lunes y martes, la saturación del suelo convierte a cualquier milímetro adicional en un problema serio.
“Si se cumple el pronóstico, los excesos hídricos se intensificarán, acumulándose o desplazándose hacia zonas más bajas, agravando allí la situación”, advierte el informe. Y aunque las lluvias aportan recargas necesarias para los cultivos de invierno, el panorama actual sugiere un escenario de exceso hídrico que, en general, no se corrige fácilmente durante los meses fríos.