Los cultivos de la denominada "cosecha fina" (trigo y cebada, entre otros granos) fueron los más perjudicados por distintos fenómenos climáticos como "anegamiento producido por las lluvias de otoño, vientos fuertes que provocaron el volcado de plantas y granizo que produjo una reducción en el potencial de rendimiento", según un relevamiento realizado en Henderson y alrededores por el equipo de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca (BCPBB).
Sobre los cultivos de gruesa, el relevamiento indicó que "los productores de la zona se encuentran en una contradicción con respecto al clima esperado, debido a que los cultivos sembrados en las lomas necesitan agua para su correcta implantación y desarrollo, y por otro lado buscan que oreen los bajos inundados para poder aumentar la superficie de siembra".
En el caso del maíz, se determinó que "la siembra está avanzando, se espera una reducción de 30% del área sembrada con respecto a la campaña 2016/2017 debido a la falta de piso y la intransitabilidad de los caminos vecinales causados por los 1.200 mm de precipitaciones acumuladas en este año hasta diciembre".
"Se estima un 60 por ciento de superficie destinada a este cultivo donde se van a sembrar en fecha temprana quedando un 40 por ciento para implantación tardía", agregó el relevamiento.
En ese contexto, la siembra de girasol finalizó y "se estima una reducción de un 40% de área sembrada de este cultivo debido a que su acotada ventana de siembra coincidió con los días de mayor precipitación en la zona".
