Agricultura

Los desafíos agronómicos del cultivo de girasol

El girasol, un cultivo importante en diferentes regiones agrícolas al representar una alternativa viable para ambientes de potencial bajo a medio, constituye un desafío agronómico constante. Para actualizar el estado de situación técnico del cultivo en regiones clave para el mismo, en la última reunión de la Mesa...

El girasol, un cultivo importante en diferentes regiones agrícolas al representar una alternativa viable para ambientes de potencial bajo a medio, constituye un desafío agronómico constante.

Para actualizar el estado de situación técnico del cultivo en regiones clave para el mismo, en la última reunión de la Mesa de Planes Nacionales de CREA –coordinada por Emilio Satorre– se hizo una puesta a punto en la materia.

Agustín Giorno, coordinador técnico agrícola de las regiones CREA Sudoeste y Oeste Arenoso, expuso que una cuestión central relativa al girasol es que la variabilidad de rendimientos está estrechamente asociada a los coeficientes de logro del cultivo

“En el coeficiente de logro lo que más impacta es el número de capítulos fértiles logrados respecto de la densidad sembrada; de todas las variables analizadas, la que más correlaciona con el rendimiento es esa”, remarcó.

Reunión de la Mesa de Planes Nacionales en la sede porteña de CREA

El especialista en girasol comentó que una de las cuestiones que más suele afectar al coeficiente de logro es la fertilización fosforada en la línea de siembra, dado que regularmente interfiere en el adecuado desarrollo de la planta, para lo cual es indispensable evaluar diferentes fuentes de fósforo y metodologías de aplicación con el propósito de evitar ese inconveniente.

Otro factor importante está relacionado con el calendario de siembra, dado que, si bien las fechas tempranas en teoría pueden ayudar a promover la expresión del potencial productivo, en los hechos, si la semilla esta expuesta a temperaturas muy bajas, eso puede afectar el coeficiente de logro del cultivo.

“Por otra parte, si bien existe una cierta respuesta del cultivo a la densidad de siembra, cuando aparece resulta anti-intuitiva y es difícil obtener una recomendación general al respecto”, explicó Agustín.

Experiencias realizadas en la región Sudoeste (que pueden verse aquí) muestran que algunos híbridos muestran respuesta productiva a mayores densidades en ambientes con limitaciones, pero que no suele suceder lo mismo en ambientes de mejor potencial.

Rendimiento de girasol por densidad. CREA Gral. Lamadrid. Región Sudoeste (2022/23).

Otra particularidad es que, gracias al avance genético logrado en los últimos años, las respuestas productivas a la fertilización nitrogenada son cada vez más consistentes tanto en rendimiento como en materia grasa. “Lo que antes era una excentricidad, ahora dejó de serlo gracias a las respuestas que observamos con la fertilización nitrogenada”, apuntó el técnico.

Rendimiento en kg/ha de girasol según dosis de fertilización nitrogenada. CREA Sudoeste. Promedio datos de las campañas 2020/21, 2021/22 y 2022/23.

Por último, indicó que en la región Sudoeste se viene realizando con resultados promisorios el cultivo de girasol de segunda en ambientes en los cuales la soja muestra demasiada variabilidad. Al respecto, la región está incorporando a la línea de ensayos cultivos de segunda de girasol, maíz y soja para compararlos entre sí, además de contar con la meta de diseñar un modelo agronómico óptimo para el girasol de segunda.

Gastón Therisod, coordinador técnico agrícola de la región CREA Sudeste, contó que en la misma, a diferencia de lo que sucede en la vecina Mar y Sierras, no se registran problemas con Phomopsis del tallo ni del capítulo.

Los ensayos realizados en la región muestran respuestas consistentes a la aplicación de fungicidas, al tiempo que los experimentos con nutrición llevados a cabo en ambientes de buen potencial muestran respuestas muy importantes a nitrógeno y fósforo.

“Hemos evaluando respuesta a boro con aplicaciones foliares, pero los resultados obtenidos al respecto hasta el momento no son consistentes”, comentó Gastón.

Por último, Carolina Furlani, coordinadora técnica de la Comisión de Agricultura de la región CREA Norte de Santa Fe, explicó que el girasol en la zona se siembra mayormente en la primera quincena de agosto –a pesar de lo óptimo en términos de temperatura del suelo sería hacerlo un mes después– porque luego del girasol se siembra un cultivo de tercera (maíz o soja).

“La meta en la región consiste en mejorar los rendimientos por lograr a pesar del obstáculo presentado por esa fecha de siembra”, indicó, para luego mencionar que el grueso de los lotes de girasol en la zona corresponden a suelos clase IV y V.

“Una alternativa por evaluar sería emplear híbridos de ciclo más corto con el propósito de intentar mejorar los rendimientos en las fechas de siembra empleadas en la región”, añadió.

En la región se vienen incrementando las dosis de nitrógeno aplicadas al momento de la siembra (al costado de la semilla) y posteriormente suele realizarse una refertilización con un compuesto líquido que contiene nitrógeno y azufre.

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