El crecimiento de malezas en los últimos dos años ha sido realmente impactante, afirma Luis Lanfranconi, jefe de la Agencia de Extensión Rural Río Primero de INTA, que remarca los últimos datos de la REM de Aapresid que demostró que hay más de 22 millones de hectáreas con presencia de Yuyo colorado, por ejemplo.
Así lo explicaba en diálogo con Radio Campo -por Radio Colonia-, desde donde destacaba además la confirmación de que son 9 los millones de hectáreas en las que aparece Eleusine. “Seguimos con un nivel de conflicto sumamente grave respecto de las malezas resistentes, tenemos que cambiar la manera de ver el sistema productivo”, dijo.
En esa línea, Lanfranconi resaltó que hay que tratar, en lo posible, de ver que la única posibilidad de abordar esta problemática es sumando todas las posiciones posibles, sumando todos los manejos agronómicos posibles.
Para eso, advierte, es clave hacer un diagnóstico lote por lote, que va a permitir diferenciar la situación y conocer el campo. Lo fundamental ahí es empezar a planificar. “El objetivo central para la problemática de malezas resistentes es evitar que esa maleza que puede generar 200 o 300 mil semillas, llegue a la etapa reproductiva”, indica.
Eso se hace con un manejo planificado: pueden entrar en escena los cultivos de cobertura, los herbicidas en su momento, un manejo vinculado a achicar distancias de surcos en el cultivo, o de poner variedades que tengan una tasa de crecimiento inicial más alto, o quizás poner maíces que tengan follajes más densos.
Todo eso, sostiene, lleva a disminuir el impacto de la maleza. “Si tenemos que usar medios mecánicos o retirada manual con gente, lo importante es que queden pocas plantas en el lote. Así queden 10 plantas en un lote de 100 hectáreas, es importante poner gente y retirarlas antes de que produzcan las semillas y esa semilla caiga al suelo”, recomendó.
