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Mendoza lanza un plan integral para controlar la Chinche del Arce sin uso masivo de químicos

Con un enfoque basado en el Manejo Integrado de Plagas, la provincia impulsó acciones de bajo impacto ambiental para frenar la proliferación de este insecto en hogares y espacios públicos.

Frente al aumento de la presencia de la Chinche del Arce (Boisea trivittata) en áreas urbanas, Mendoza presentó un plan de acción para mitigar su avance sin recurrir al uso extendido de agroquímicos. La iniciativa fue encabezada por el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria (Iscamen) junto a distintas áreas del gobierno provincial y universidades locales.

El eje del plan es un dossier técnico que recopila información detallada sobre la biología del insecto, su comportamiento y recomendaciones para su manejo tanto en viviendas particulares como en el arbolado urbano. El documento se elaboró bajo los principios del Manejo Integrado de Plagas (MIP), promoviendo soluciones sustentables y adaptadas al contexto local.

Entre las recomendaciones se destaca la limpieza frecuente de hojas y frutos caídos en veredas y espacios verdes, el uso de plantas repelentes en forestaciones urbanas y la aplicación localizada de productos de “línea jardín” en los momentos biológicamente más oportunos del ciclo del insecto.

El material, respaldado por investigaciones del Iscamen y las Facultades de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo y la Universidad de Mendoza, también hace hincapié en la importancia del monitoreo constante para anticipar focos de proliferación.

Uno de los puntos centrales del nuevo enfoque es la prohibición del uso generalizado de agroquímicos en el arbolado público. Solo se permitirán tratamientos localizados en casos excepcionales, previa autorización abreviada por parte de las autoridades competentes, según lo establece la Resolución 628/25.

Los ensayos realizados por el Programa Agroquímicos del Iscamen demuestran que el control puede lograrse con dosis bajas y en plazos reducidos, minimizando el riesgo para el ambiente y la salud humana. Las autoridades remarcaron que el uso racional de productos, junto con medidas físicas sostenidas en el tiempo, permite mantener bajo control la plaga sin comprometer la biodiversidad ni la calidad del entorno urbano.