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Mínimos históricos en la utilización de la capacidad industrial instalada

El uso de la capacidad instalada de la industria fue de 42% en abril, el menor nivel desde que comenzaron sus registros. Esto se explica por la fuerte restricción a la actividad económica en ese mes en que la cuarentena fue total.

El Índice de Precios al Consumidor mostró una variación mensual de 1,5% a nivel nacional en mayo, indica la Bolsa de Comercio de Córdoba. La categoría con mayor impacto en la suba de los precios fue vestimentas y calzado, con un crecimiento de 7,5%. Por su parte, los alimentos y bebidas presentaron un menor incremento respecto a meses anteriores, con una suba de 0,7% respecto a abril.

Más allá de que el dato podría tener errores de medición, ante la imposibilidad de relevar precios de bienes y servicios cuyo consumo no está disponible ante la cuarentena, la menor inflación podría reflejar el efecto de una contracción de demanda, ante la fuerte caída en ingresos ante la pandemia.

A pesar de los bajos niveles de inflación causados por el impacto de la pandemia, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central muestra un marcado aumento de las expectativas inflacionarias para los próximos meses, que ocurrirá al ritmo de una progresiva flexibilización de la actividad. Para septiembre, posiblemente controlada la pandemia, se espera una inflación de 3,7%. Esto es resultado del fuerte incremento de la emisión monetaria para financiar al Tesoro y a la falta de claridad respecto al manejo esperado de la política monetaria, una vez superada la crisis del COVID-19.

Mínimos históricos en la utilización de la capacidad industrial instalada

El uso de la capacidad instalada de la industria fue de 42% en abril, el menor nivel desde que comenzaron sus registros. Esto se explica por la fuerte restricción a la actividad económica en ese mes en que la cuarentena fue total. Estos datos confirman el fuerte impacto productivo de la crisis sanitaria, aunque permiten adelantar que se habría alcanzado el piso y que comenzaría una gradual recuperación en los próximos meses.

Más proyecciones sobre el impacto de la pandemia en Latinoamérica y el mundo

Las perspectivas de la OCDE y el Banco Mundial coinciden en una fuerte caída de la actividad durante 2020. Según estimaciones del Banco Mundial la contracción de América Latina alcanzaría un 7,2%, notablemente más profunda que la de la crisis financiera del 2008-2009 y que la crisis de la deuda latinoamericana de 1980.

Se proyecta una caída en el PBI de 7,3% en Argentina, 8% en Brasil, 4,3% en Chile y “solo” 3,7% en Uruguay. Estas proyecciones para Argentina resultan casi optimistas en relación a la contracción de 9,5% esperada por los agentes del mercado según el REM del Banco Central.

La reactivación de la economía global se daría con más fuerza en el tercer trimestre de 2020, una vez superada la pandemia, momento a partir del cual la recuperación se tornaría más gradual, permitiendo alcanzar a fines del 2021 los niveles de producción previos a la crisis sanitaria global, siempre y cuando no se presente un segundo brote del COVID-19.