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"¿Por qué los productores no riegan?"

En su columna "Entre Nos" Sofía Selasco contó en Rivadavia Agro sobre una temática muy vigente dada la extrema sequía: ¿Por qué los productores no utilizan sistemas de riego?

En su columna de todos los sábado, Sofía Selasco habló sobre por qué los productores no utilizan sistemas de riego en medio de la extrema sequía que asola nuestro país. ¿Qué condiciones hay que tener en cuenta a la hora de regar? ¿Es fácil implementar un sistema de riego?

“Más del 90% de la agricultura del país se hace en áreas de secano, es decir aquellas que no necesitan más agua que la que la naturaleza provee en forma regular", afirma Sofía. "Es el lugar donde comúnmente hacemos trigo, maíz soja, girasol, etc”, explica.

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Eso en los últimos años fue bajando principalmente por los desbalances en los sistemas producto del cambio climático. “Llueve menos donde antes llovía regularmente”.

En Argentina, solo el 5% del área agrícola está bajo riego y el 95% está en secano. “Eso hay que revisarlo sin dudas”, afirma la especialista.

¿Ahora que pasa cuando viene sequías y comienza el desbalance hídrico, esto se hace muy difícil y la pregunta viene por qué no regamos?, se pregunta.

Según el Plan Nacional de Riego del Ministerio de Agricultura, el 68% de la superficie bajo riego se ubican en regiones áridas o semiáridas, y a causa del mal manejo y pérdidas en su distribución, su eficacia es sólo del 34%.

La distribución de los productores

“Pequeños y medianos productores dominan poco”, explica la periodista agropecuaria. "Si tomamos el ejemplo de la soja, el 70% de la producción la hace el 30% de los productores medianos a grandes. El 30% de la producción restante la hace el 70% de los productores chicos y medianos".

Esa distribución viene cayendo y el medio de una sequía esto es fatal, cuenta. "El temor es que desaparezcan los pequeños productores que tienen menos capital para invertir, que no pueden muchas veces acceder a créditos, para los cuales no hay subsidios y que tienen un único ingreso anual”, ejemplifica.

¿Cómo podría ayudar el riego en ese marco?

Podría ser un complemento de la agricultura de secano que es la que explica la mayor parte del área destinada a la producción de alimentos.  

¿Qué define que un territorio tenga potencialidad de ser regado?

“Hay condiciones que tengo que pensar antes de regar, condiciones ambientales, climáticas, hacer controles de agua. No en todos los pueblos el agua es potable”, afirma Sofía.

"El acceso al recurso en cantidad y calidad, y un suelo que sea apto para recibirlo".

“No es lo mismo un suelo donde se aplica laboreo tradicional que uno donde se hace siembra directa porque la infiltración puede cambiar de acuerdo con la materia orgánica disponible, al igual que la actividad biológica. Son todos factores que hacen al éxito o no de un sistema de riego”.

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¿Qué controles hay que hacer previo a regar?

Primero hay que hacer un análisis de salinidad, ph y conductividad. Eso determina si es el agua es buena o no.

Otro análisis previo a regar es el económico. Hay que analizar cuánta inversión tendré que hacer.

¿Importa la escala del campo a la hora de regar?

“Primero hay que definir el tipo de riego a utilizar”, cuenta.  En poca escala se puede usar goteo, aspersión fija o equipos enrolladores. Después están los pivotes que con ellos cubrís más superficie, pero necesitas un poco más de escala para que sea rentable.

“Se habla de una inversión de al menos 100.000 dólares para comenzar a regar y se estima un promedio de entre 200.000 y 300.000 dólares para regar entre 50 y 100 hectáreas”, afirma.

En provincias como San Juan, una perforación puede rondar los 5 millones de pesos.  

¿Qué limita a instalar uno de estos equipos?

En primer lugar el costo. "Se habla de 5 mil dólares por hectárea, eso solo el equipo, después está todo el costo de los materiales", cuenta. También chequear la calidad del agua.

Otro requisito a evaluar es el costo de la inversión. "El 70% aproximadamente de la agricultura en la argentina se hace en tierra alquilada. "Nadie va a invertir 100 mil dólares para equipar un campo con un equipo de riego si ni siquiera es su tierra", sostiene.

Por otro lado, está el acceso al crédito. "Todas estas inversiones requieren créditos en dólares, eso hay que amortizarlo y pagarlo. La agricultura, con saltos y retenciones, deja poco margen para que los productores inviertan en este tipo de tecnologías",  concluye.