La Asociación Argentina del Girasol (ASAGIR) cuestionó al Gobierno por no haber incluido a ese complejo agroindustrial en el programa de eliminación de derechos de exportación para las economías regionales.
Según la entidad, la industria de procesamiento de girasol "agrega valor local y compite en desventaja en el exigente mercado mundial de aceites". Además del grano (7%), los productos industrializados del girasol -advirtió ASAGIR- "también tienen un castigo impositivo incomprensible: el aceite y los pellets tienen alícuotas que van entre el 7% al 5%".
"Esto va en desmedro de la agregación de valor industrial, e impide la mejora de los precios percibidos por los productores agrícolas, resultando en un desincentivo para ampliar la superficie de producción", añadió.
En consecuencia, alertó que "si mantenemos estos niveles de derechos de exportación, perderemos la oportunidad de ser proveedores competitivos en un mundo que necesita el aceite de girasol argentino debido a la invasión rusa a Ucrania".
"La cadena del girasol puede volver a ser un contribuyente muy importante al crecimiento del empleo, generación de divisas y agregado de valor en origen en nuestro país, si el Gobierno no se empeña en lo contrario", se quejó la entidad, en un comunicado.
A la vez, recordó que este cultivo se extiende principalmente en el norte del país, en La Pampa y el sur de Buenos Aires, y las industrias de transformación tienen una distribución muy regionalizada.
El desarrollo genético también es regional y ofrece empleo rural a través de proveedoras de semillas y trabajo colaborativo con el INTA, destacó ASAGIR.