Tras la abrupta caída en el consumo de carne y las imposibilidades para la distribución en el país por la presión impositiva sobre el eslabón de matarifes y abastecedores, la CAMyA expuso su situación mediante una nueva edición de la revista.
El presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores, Leonardo Rafael, dijo que esta situación pone en peligro la continuidad del trabajo de pequeños y medianos matarifes y abastecedores.
“Uno de los problemas estructurales es que la AFIP sigue sin poner en regla a las carnicerías”, plantea Rafael en la revista mensual. Debido a esta problemática, surge la pregunta ¿A quién le facturamos?.
Las autoridades de la cámara afirman que hasta el momento no pudieron hallar la respuesta. “Los matarifes y abastecedores estamos en regla y pagamos todos los impuestos. En paralelo, un 80% de las carnicerías en la zona del Gran Buenos Aires están fuera del radar impositivo”.
Además del aspecto tributario, el presidente de CAMyA pone en manifiesto que se presenta una grave amenaza desde el punto de vista sanitario.
“Los organismos tributarios del Gobierno intensificaron en los últimos meses sus operativos. Las autoridades nacionales y provinciales son una auténtica máquina de impedir y siguen sin entender que nuestro eslabón ha ordenado los números de su actividad”, expuso.
Asimismo, sostuvo que el panorama del sector de la carne es complejo. Por un lado planteó que los precios de la hacienda de consumo en el Mercado de Cañuelas se acomodaron en un valor elevado, “mientras las ventas en las carnicerías se encuentran en un espiral descendente, con clientes que no pueden convalidar más subas en los mostradores”, agregó.
El nuevo mercado ganadero en Cañuelas.
También explicó que a la presión impositiva se suma el accionar de la Dirección de Control Comercial Agropecuario, que depende del Ministerio de Agricultura: “Pasan los días y nos piden requisitos que son imposibles de cumplir. Mientras tanto, los operadores informales alquilan sus matrículas y eluden sus responsabilidades fiscales”.
“Si las autoridades no lo entienden y ceden ante las presiones de los sectores más concentrados y poderosos del negocio, nuestra actividad ingresará en un peligroso camino sin retorno”, concluyó Leonardo Rafael.
Consumo y exportaciones
El consumo aparente se estimó en 46,13 kg por habitante por año en abril, marcando una caída del 5,1% mensual, y de 3,2% respecto a abril de 2021. Si se considera el acumulado entre enero y abril, el consumo se ubicó un 0,2% por debajo del estimado para 2021.
En abril las exportaciones de carne bovina ascendieron a 66.550 toneladas eq. res con hueso, acumulando 261.464 toneladas exportadas entre enero y abril (-6,2% interanual). Se destinó a la exportación un 27% de la producción.
El precio promedio por tonelada exportada continuó aumentando en abril. Considerando el período enero-abril, promedió los US$5.846 por tonelada, un 40,4% más que en igual período de 2021.
