La remolacha forrajera es un cultivo que se destaca por su alto contenido de energía y producción de materia seca por hectárea, por lo que se posiciona como una alternativa alimenticia en la cadena bovina con rendimientos de 20000 a 30000 kilogramos de materia seca por hectárea y producciones de carne mayores a 2.000 kilogramos por hectárea por año.
En el marco de un convenio con la empresa KWS Semillas Argentina-Chile, un equipo de técnicos del INTA Valle Inferior e INTA Alto Valle -Río Negro- viajó a distintas regiones de España con el propósito de conocer los detalles del manejo del cultivo de remolacha a los ambientes de la región patagónica para impulsar su adaptación y contribuir con tecnologías de procesos e insumos tendientes a mejorar la producción de forraje, carne y leche en los sistemas.
Juan José Gallego, técnico de INTA Valle Inferior -Río Negro-, expresó: “Para nosotros se trata de un proceso de co-innovación que llevamos adelante con los productores, ya que aprendemos, generamos información e innovamos en el manejo del cultivo y de su pastoreo a escala predial; nos retroalimentamos entre la empresa, el INTA y los productores”.
“El fin tiene que ver con acelerar los procesos de aprendizaje que se necesitan cuando una tecnología irrumpe en los sistemas de producción y requiere un abordaje rápido, eficiente y pragmático”, agregó Gallego.
En la Argentina, la producción de remolacha forrajera se concentra principalmente en los valles de la Norpatagonia y en el sur de la provincia de Buenos Aires, cuyo destino es la producción de carne y leche. “Es un cultivo que comenzamos a trabajar en 2017 con 4 hectáreas y en la actualidad este número ascendió a cerca de 300”, agregó Verónica Favere, especialista del grupo técnico del INTA.
“Esta gira técnica nos permitió recorrer diferentes regiones de España donde utilizan el cultivo hace años e intercambiar experiencias con productores en cuanto a métodos de siembra, control de malezas, fertilización, fechas de siembra, variedades, pastoreo, maquinarias, entre otros temas; y que, en muchos aspectos, podemos adaptar a nuestros sistemas regionales”, puntualizó Gallego.
Por otro lado, Gabriela Garcilazo, especialista en nutrición animal del INTA, agregó que cada uno de los sistemas productivos visitados permitió conocer la importancia que tiene en España la calidad de los alimentos para rumiantes y el interés por el bienestar animal.
La recorrida incluyo regiones como Sevilla, Salamanca y Valladolid, donde se observaron siembras de otoño y primavera, según las condiciones climáticas de la región.