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Técnicos del INTI utilizan “viruta” del cuero para absorber desechos químicos industriales

La industria curtidora genera grandes cantidades de lo que se denomina “viruta de cuero curtido al cromo”, un residuo que surge del proceso de rebajado de las pieles vacunas que se realiza con el fin de emparejar toda su superficie para que tenga el mismo grosor. Con el...

La industria curtidora genera grandes cantidades de lo que se denomina “viruta de cuero curtido al cromo”, un residuo que surge del proceso de rebajado de las pieles vacunas que se realiza con el fin de emparejar toda su superficie para que tenga el mismo grosor. Con el objetivo de reutilizar este material, especialistas del INTI están estudiando alternativas para generarle un mayor valor agregado.

“Luego de una serie de ensayos concluimos que todo el efluente que se deriva de la elaboración de cueros podría ser tratado con la viruta que se obtiene del mismo, porque reduce la Demanda Química de Oxígeno o DQO (lo que indica que mejora la calidad del agua residual)”, detalla Verónica Lehmann del Centro de Cueros del INTI, área que llevó adelante la investigación.

Basándose en el proceso general de curtido, los técnicos pensaron en utilizar la viruta como un material de contacto para absorber sustancias químicas presentes en los efluentes de la industria —principalmente residuos de curtientes y colorantes—. Para analizar esta posibilidad estudiaron diferentes variables que pueden intervenir en este sistema como el tiempo de contacto, cantidad de viruta y de efluente, compactación de la viruta y relación volumen de efluente/volumen de viruta.

En los ensayos preliminares se logró una remoción en materia de DQO de alrededor de un 30%. Asimismo, en el análisis visual realizado luego de los diferentes tratamientos se observó un cambio de color considerable.

Teniendo en cuenta que en Argentina se procesan anualmente más de diez millones de pieles vacunas, y que se producen más de cien kilogramos de virutas por cada tonelada de piel procesada, esta alternativa tiene un potencial muy grande para la industria.

Este trabajo se suma a las acciones que viene implementando el INTI desde su creación en 1957, con el fin de buscar alternativas sustentables a residuos industriales. “Teniendo en cuenta que los ensayos dieron muy buenos resultados, a futuro tenemos previsto seguir en la búsqueda de una mejor opción del tratamiento, considerando las diferentes variables que intervienen en el proceso”, anticipa Lehmann.

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