
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario realizaron un reporte en el cual indican que las legumbres, pertenecientes al grupo de las leguminosas, se cultivan principalmente por sus semillas comestibles y representan una opción alimentaria saludable y respetuosa con el medio ambiente. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), estos cultivos son una fuente económica y valiosa de proteínas, contienen bajo contenido graso y son ricas en fibra, vitaminas y minerales, lo que las convierte en aliadas fundamentales para una dieta equilibrada. Además, su capacidad natural para fijar nitrógeno y liberar fósforo mejora la fertilidad del suelo, reduce la necesidad de fertilizantes químicos y contribuye a la sostenibilidad de los sistemas agrícolas mediante la prevención de la erosión y el control biológico de plagas.
En el contexto argentino, la producción de legumbres no se distribuye de manera homogénea en el territorio, y varía según el tipo de cultivo. Durante las últimas cinco campañas agrícolas, más del 90% de la producción de arvejas y lentejas se ha concentrado en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, seguidas por Córdoba y Entre Ríos. En contraste, los porotos y garbanzos se cultivan principalmente en el noroeste del país, destacándose Salta, Santiago del Estero, Tucumán y Córdoba. Esta diversidad responde, en gran parte, a las condiciones climáticas particulares de cada región, especialmente en lo que respecta al régimen de lluvias.

Datos proporcionados por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP) muestran una tendencia al alza en la superficie destinada al cultivo de legumbres en Argentina, con la única excepción de la campaña 2022/23, afectada por una sequía severa. No obstante, en la campaña 2024/25 se alcanzó un máximo histórico con 880.200 hectáreas sembradas, lo que representa un crecimiento del 10% en comparación con la campaña anterior y un 17% por encima del promedio de los últimos cinco años. En relación a seis años atrás, el aumento acumulado es del 30%.
Al desglosar estos datos por cultivo, se observa que casi la mitad del aumento interanual en superficie sembrada, unas 81.300 hectáreas adicionales, corresponde al garbanzo, cuya área se expandió en más de 39.000 hectáreas, lo que representa un incremento del 35% interanual, alcanzando las 151.500 hectáreas. En el caso de los porotos, el área sembrada creció en 18.400 hectáreas (+3%), llegando a un total de 590.000 hectáreas. Las arvejas y lentejas también mostraron un crecimiento destacado, con aumentos del 96% y 8%, alcanzando superficies de 31.500 y 107.500 hectáreas, respectivamente.

Como resultado de esta expansión en el área cultivada, se espera que la cosecha de legumbres en la campaña 2024/25 experimente un incremento del 52% en comparación con el ciclo anterior, alcanzando un volumen récord de 1,3 millones de toneladas. Esta cifra no solo representa una recuperación frente a la disminución registrada en la campaña 2023/24 —atribuida principalmente a una caída del 40% en la producción de porotos—, sino que también se sitúa un 25% por encima del promedio de las últimas cinco campañas, consolidando el rol estratégico de las legumbres en la agricultura argentina.