
La Cámara Federal de Apelaciones de Corrientes confirmó la desestimación de una denuncia penal presentada por el Senasa contra la avícola Santa Ana. El organismo nacional había acusado a la pyme correntina de falsificar documentación relacionada con una muestra para detectar influenza aviar, pero la Justicia concluyó que no existió delito.
La empresa alegó desde un principio que dicha muestra nunca se había realizado. A pesar de ello, el Senasa determinó que un testeo dio positivo e impuso el sacrificio de más de 220.000 aves. Por orden del organismo, también se destruyeron más de 300.000 huevos y la firma quedó paralizada durante dos semanas, al borde del cierre definitivo.
El impacto no fue solo económico. Los trabajadores de la planta acamparon frente a la empresa en defensa de sus puestos de trabajo, en lo que consideraron un atropello injustificado. Santa Ana tiene más de 40 años de trayectoria y genera más de 200 empleos directos en la región.
Finalmente, por intervención judicial, se autorizó un nuevo muestreo que dio resultado negativo para influenza aviar, confirmando que ninguna de las aves presentaba síntomas compatibles con la enfermedad. Desde la empresa remarcaron que “el virus es altamente contagioso y mata en pocos días, algo que nunca ocurrió”.
“La denuncia fue infundada y se intentó responsabilizar a terceros por fallas internas”, señalaron en un comunicado. “Hoy la verdad y la justicia prevalecieron. Seguimos adelante, más firmes que nunca”, concluyeron. El fallo significó un duro revés para el Senasa, que quedó en el centro de las críticas por su accionar.