El reciente acuerdo comercial entre China y Estados Unidos volvió a mover las fichas del tablero global. Y aunque Chicago se muestra en alza, para Argentina el impacto sería más neutral, según explicó Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
“Norteamérica recuperaría demanda de exportación, de allí la suba en Chicago; pero esa demanda se perdería sobre Sudamérica, por lo que la prima debería bajar y compensar a la baja. Sin embargo, ambos mercados muestran subas, aunque las recientes más fuertes en Chicago”, señaló el especialista.
Romano aclaró que la guerra comercial no es el único factor detrás de los precios internacionales. “En el plano local, el período de derechos de exportación cero dejó un plus en los mercados, tanto en el disponible como en la posición nueva”, agregó.
De concretarse el acuerdo por 12 millones de toneladas, el stock/consumo de EE.UU. para la campaña 2025/26 podría subir del 6,9% al 11,6%.
“Un pequeño ajuste a la baja en los rindes podría balancear el impacto de menores exportaciones a China, pero un Chicago por encima de 1100 puntos parece exagerado”, advirtió Romano.
“Ante la falta de datos oficiales, el mercado supone que Estados Unidos tuvo algo menos de maíz disponible, y que sus exportaciones siguen activas gracias a precios bajos, lo que lentamente empuja una recuperación”, explicó el analista.
En Argentina, la siembra de maíz 2025/26 ya cubre el 35% del área estimada, una de las mayores proporciones de maíz temprano de los últimos años.
“El promedio histórico es del 27%, por lo que este volumen de siembras tempranas podría ser bajista para los precios”, advirtió Romano.
Las lluvias favorecen los cultivos, pero generan anegamientos en el noreste bonaerense, donde parte del maíz temprano no pudo implantarse. Ahora los productores evalúan si avanzan con soja o maíz tardío.
En materia comercial, las ventas de maíz están en niveles normales, aunque con atraso acumulado (52% contra un promedio del 62%). “Mucho grano quedará en manos de productores y pasará de campaña”, alertó Romano.
“Habrá que ver si la capacidad portuaria alcanza para mover al mismo tiempo soja, trigo y harina, todos compartiendo la misma infraestructura”, concluyó.
