La ley sobre el Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus derivados, sancionada en marzo de 2017, junto con la creciente demanda del aceite de cannabis debido a los efectos benéficos sobre diversas patologías, generó grandes perspectivas en relación con la posibilidad de su producción de manera industrial.
Ante la necesidad de generar las condiciones para el cultivo a gran escala, el estudio del comportamiento del cultivo, las condiciones climáticas y productivas locales, así como los métodos agronómicos y manejo de la producción, el INTA y la empresa CannaOil S.A. se unieron para estudiar este cultivo.
En el marco de un proyecto de investigación y desarrollo, Joaquín Serrano -miembro del Consejo Directivo del INTA- explicó que “se trabaja en todos los aspectos de las variedades del cannabis: cómo se va a producir, bajo qué normativa, con qué trazabilidad y con qué calidad”, y agregó: “Se está trabajando también para registrar variedades de cannabis para usos alimenticios e industriales”.
“Desde el INTA, se realizan ensayos en distintas regiones para analizar la adaptabilidad de las diversas variedades de cáñamo y cannabis a cielo abierto, para poder producir y generar una industria con valor agregado”, puntualizó.
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Desde la sede de la empresa CannaOil Agro S.A. ubicada al sur de Santa Fe, María de los Ángeles Sacnum, representante del Banco de Inversión y Comercio Exterior -BICE-, afirmó: “Este convenio,entre el INTA y la empresa CannaOil Agro S.A. de la ciudad de Venado Tuerto, es central para un proyecto de desarrollo nacional. Este clúster semillero tiene un know how muy interesante que puede ser aplicado al desarrollo de la investigación que lleva adelante el INTA con el sector privado”.
Por su parte, Gabriel Giménez, director de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal, consideró al convenio como una una puesta en valor de la producción orgánica certificada de cannabis, con especial énfasis en la producción de origen desde la genética hasta el producto final.
“En este proceso son centrales los cultivadores y los desarrolladores de cannabis porque tienen la tecnología, la experiencia, el desarrollo histórico de su genético y,sobre todo, cuentan con un modelo de producción en el lugar donde se desarrollan”, consideró Giménez, al tiempo que subrayó: “Centralmente, en esta apuesta, las organizaciones, los cultivadores y el sector público construyen una sinergia inevitable para el desarrollo del cultivo”.
Para finalizar, Giménez ponderó el rol de este convenio en la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial: “Nosotros tenemos que construir una industria para delante y empezar a normarla con certificaciones . Por eso, decimos cannabis argentino marca país para la Argentina y el mundo”.
Fuente: INTA Informa