El intendente de Coronda, Ricardo Ramírez, afirmó que la producción de frutilla sufre un faltante de mano de obra y hay un remanente sin cosechar. El mandatario aseguró que se trata de un problema “se viene arrastrando hace muchos años", para el cual señaló una serie de causas posibles.
El mandatario radical, perteneciente al espacio Unidos para Cambiar Santa Fe, conduce la localidad desde 2019 y acaba de ser reelecto para su segundo mandato. Según explicó en diálogo con LT8, en los últimos diez años Coronda pasó de producir 700 hectáreas de frutilla a 300, y ese número podría llegar a 270 o 250 el año próximo si persiste el problema del faltante de mano de obra.
Ramírez contó que esta misma situación se observó también en las producciones regionales de Mendoza y Posadas, donde históricamente cuentan con “trabajadores golondrina” que llegan cada año para trabajar la cosecha. En el caso de Coronda, esa migración laboral se daba principalmente desde el norte de la provincia de Santa Fe y Chaco, y ha decaído progresivamente en los últimos años.
El intendente señaló varios factores que podrían haber llevado al escenario actual. Por un lado, este año en particular hubo un temporal de granizo que paralizó la cosecha en mitad de la temporada (que se exitende de principios de junio a finales de noviembre), generó la perdida de casi un millón y medio de kilos de frutilla, e hizo que muchos de los jornaleros decidieran abandonar el trabajo.
“La planta ahora se ha recuperado, pero la gente se ha ido y ha quedado muy poca para hacer el trabajo de recolección”, indicó Ramírez, en referencia al remanente no cosechado. Por este motivo, las industrias de la región que utilizan la pulpa de la fruta como materia prima para la producción de helados, yogures y mermeladas, se encuentran ante un faltante, mientras que "hay frutillas en los campos que no se pueden juntar".
Por otro lado, apuntó contra “una ley muy agresiva hacia el sector”. “El 90% de las producciones regionales no tiene un precio final del producto sino que es de acuerdo a la demanda y la oferta. Trasladar el costo laboral a la fruta no se puede. No es como un auto o un tornillo”, relató, dando cuenta de los “riesgos” de rentabilidad que corren los productores.
A su vez, opinó que la existencia de planes sociales es también parte del problema, dado que muchos trabajadores de la cosecha no quieren ser registrados de manera formal “para no perder el plan”. Si bien aclaró que está “a favor" de este tipo de asistencias, sugirió que el Estado debería trasladar parte de esos esfuerzos a “colaborar con el sector productivo para los aportes” de los empleados, y así colaborar a “recuperar la cultura del trabajo”.
“En el medio hay otra realidad que es que los jornaleros no están quizás cobrando lo que merecen cobrar. Este es un problema que se ha dado en todas las fuentes laborales que los sueldos han quedado devastados por la inflación y es un punto a discutir en las paritarias", agregó Ramírez, quien aseguró que actualmente un trabajador de la cosecha gana alrededor de 10000 pesos por día, trabajando desde las seis a las 11 de la mañana.
"Lo que hay que darle es garantías al productor para que siga cosechando pero también al empleado, que es el eslabón mas importante de la cosecha”, cerró el intendente.