Los residuos orgánicos que generan algunas producciones pueden representar un problema si no son gestionados y tratados adecuadamente. El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria(INTA) acompaña el proceso de implementación de biodigestores, desde escuelas a hasta producciones de gran escala, según las necesidades de los actores en el territorio.
"En el INTA trabajamos la temática del biogás desde distintos enfoques, participamos en proyectos nacionales y el tema también se trabaja desde los proyectos de desarrollo local", mencionó Ignacio Huerga, investigador del INTA Oliveros, Santa Fe.
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Por otro lado, existen beneficios ambientales que son difíciles de cuantificar cuando no se realiza un tratamiento apropiado de los residuos, como la contaminación del aire por la emisión de gases de efecto invernadero, de las napas o los cuerpos de agua superficial por la descarga inadecuada de los efluentes.
"Es una tecnología de aprovechamiento de la biomasa húmeda que contribuye a la sustentabilidad y sostenibilidad de los establecimientos, que presenta innumerables beneficios ambientales, económicos y sociales", explicó Mariano Butti, investigador y especialista en energías renovables del INTA Pergamino.
Los productos de la biodigestión son dos: el biogás y el digerido. Este último cobra especial importancia porque puede sustituir total o parcial de fertilizantes inorgánicos que se utilizan en la producción agropecuaria de una unidad.
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Experiencias
Una de las experiencias se llevó a cabo en la Escuela Rural Nº 6253 "José de San Martín" de Runciman, Santa Fe. La práctica sobre el territorio se concretó en un biodigestor que procesa hasta 20 kilogramos de residuos al día y genera hasta 1000 litros diarios de biogás. Se utilizan para la cocción de alimentos, talleres de panificados, entre otras experiencias que sirven de aprendizaje a los estudiantes.
"Actualmente estamos generando herramientas para la validación de la tecnología de membrana plástica para biodigestores", expresó Fernando Ocampo –referente en energías renovables del IPAF Región Pampeana–. El proyecto, que apunta a generar mayores grados de autonomía a las familias productoras agropecuarias y forma parte de un convenio entre el INTA y la empresa ECONER.
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Fuente: INTA