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Diversidad productiva, herramienta para enfrentar el cambio climático

El estado de preocupación latente en nuestra región productiva se debe a los fenómenos climáticos ocurridos en los últimos años, que desnudaron diversas situaciones negativas para las actividades agropecuarias. Con todos los actores involucrados con mayor o menor responsabilidad, las circunstancias coyunturales encuentran al sector primario ante disyuntivas...

El estado de preocupación latente en nuestra región productiva se debe a los fenómenos climáticos ocurridos en los últimos años, que desnudaron diversas situaciones negativas para las actividades agropecuarias. Con todos los actores involucrados con mayor o menor responsabilidad, las circunstancias coyunturales encuentran al sector primario ante disyuntivas importantes, con oportunidades comerciales de un lado y limitantes naturales del otro. En el medio un amplio espectro de agravantes, y algunos alicientes, que no permiten trazar la previsibilidad deseada.

El tan mentado "cambio" mantiene en estado de alerta a toda la población y por eso dialogamos con Eduardo Roude, director provincial de Cambio Climático del Ministerio de Medioambiente de Santa Fe, quien reconoció que estas variaciones "vienen gestando desde hace bastante tiempo. Se puso en evidencia en este último ciclo a través de las tormentas, las lluvias, los vientos.

No hay que descuidar a las sequías que si bien no se están evidenciando en nuestra zona por ahora, pero en otros lugares del mundo ya lo están haciendo y con un gran efecto".

-Eduardo, ¿cuáles son las herramientas que se disponen desde el Gobierno provincial?

-Tenemos dos líneas de trabajo. Por un lado estamos contribuyendo a mitigar este fenómeno como corresponde. Como esto se debe fundamentalmente a la emisión de gases de efecto invernadero que han calentado el clima y ese mayor calentamiento da como mayor energía, hay una tarea a largo plazo a nivel mundial que es reducir esas emisiones de gases de efecto invernadero. Que dará sus frutos de acá en 40 o 100 años.
Es un compromiso que tenemos que cumplir, pero sin descuidar que este cambio, si se logra, que depende de todos los actores mundiales, esa disminución se va a ver dentro de muchos años. Mientras tanto lo importante, lo esencial es adaptarnos a lo que se viene, en todos los aspectos. Nos adaptamos con la prevención y la planificación de todas las acciones que realiza el Gobierno, pero pensadas en un nuevo escenario. Concretamente si pensamos en hacer obras, hay que pensar que esas obras, esos puentes, esos caminos van a tener que enfrentar embates mayores de la naturaleza, habrá que hacerlos más grandes o más fuertes como para que resistan.

-¿Qué se puede realizar respecto de la producción primaria?

-En temas de producción habrá que buscar especies que sean resistentes a estos efectos climáticos extremos. Hay que prepararse para que haya inundaciones más frecuentes, adecuar los sistemas productivos como para que los resistan. Por ejemplo si se hace ganadería en zona de islas y esas islas van a estar más frecuentemente inundadas, habrá que tener lugares en tierra firme como para poder trasladar el ganado cuando no se pueda contar con esos hábitats. También está relacionado con la cuestión de salud, se genera mayor cantidad de insectos que pueden transmitir enfermedades.

Se ha reducido el número de heladas, que es el factor regulador de esos transmisores de enfermedades. El panorama es muy amplio, hay que adaptar el manejo de los recursos naturales para que la presión sobre el sistema sea compatible con lo que se viene, la prevención en materia de seguridad hídrica, la producción. Hay que tener en cuenta todos los posibles efectos del cambio en la vida cotidiana y prepararlos bajo la mirada del nuevo escenario climático.

-¿Estos conceptos se transmiten? ¿Encuentran reciprocidad en los demás actores?

-El Ministerio de la Producción tiene ya su programa propio de adaptación, se está trabajando también con otros organismos, con el INTA concretamente y universidades, que buscan alternativas de diversificación productivas de forma de reducir la vulnerabilidad de los sectores, cada uno en su campo. A través de la diversificación se disminuye el riesgo de que un golpe económico ante el caso que determinada producción sea determinante para la continuidad de un productor en particular.

Se buscan también especies o variedades de cultivos que sean más resistentes. Se buscan formas de seguros climáticos que cubrirían pérdidas ante eventuales fenómenos que destruyan la cosecha de un año. Sistemas de apoyo crediticio para sobrellevar estos períodos donde el clima juega una mala pasada e impide el desarrollo de las actividades.

Hay una serie de medidas que se están haciendo a través de mecanismos que está instrumentando el Gobierno como el Consejo Productivo y Ambiental, que se reúne periódicamente y se transmiten todas estas medidas a un grupo de entidades de productores, entre los cuales están entidades rurales, productivas, universidades, comités de cuencas, todos los actores directamente relacionados con la producción y con el territorio en general.

-¿Debemos acostumbrarnos, prepararnos a meses con cuantiosas precipitaciones?

-Los pronósticos y las estadísticas marcan que estos fenómenos se van dando cada vez más frecuentemente, como el de abril del año pasado o enero de este año ocurrían normalmente una vez cada 10 o 15 años. Ahora se están viendo prácticamente cada 2 o 3 años. Los pronósticos de tanto quienes estudian el clima desde el punto de vista físico, que estudian las causas, como de quienes lo estudian desde el punto de vista empírico, es decir lo que ocurre finalmente, los dos muestran que estos fenómenos extremos van a ser cada vez más frecuentes. Cuando hablamos de extremos no hablamos solamente de lluvias, sino también de períodos de sequías.

-Teniendo en cuenta que serán procesos largos, con diversas consecuencias, ¿qué se debe hacer institucionalmente en el corto lapso?

-Trabajar en forma conjunta entre el Gobierno y el sector productivo. Se está haciendo a través de una comunicación estrecha, ese comité hídrico, productivo y ambiental se reúne, el Gobierno hace comentarios sobre qué se está haciendo y toma nota sobre cuáles son las demandas o las necesidades de los sectores de manera de adaptar la gestión a lo que realmente hace falta.

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