"La relajación de la política monetaria a principios del año depreció al peso, reduciendo el atraso cambiario existente. Sin embargo, las presiones sobre la divisa no cesaron y en marzo el Banco Central intervino para que el dólar de referencia no supere 20,50 $/US$. La pregunta a descifrar es si logrará estabilizar el mercado cambiario en el corto plazo", señaló.
Indicó que "en primer lugar, vale remarcar que a lo largo del segundo trimestre tendrá lugar la cosecha gruesa. El Banco Central afirmó en su último comunicado que el tipo de cambio se mantendrá estable en el corto plazo, lo que esperamos impulse a las exportaciones agropecuarias y su correspondiente liquidación de divisas".
"El techo momentáneo del dólar también alentará la liquidación de los stocks retenidos de la última campaña (a la espera de mejores precios internacionales, un tipo de cambio más alto y menores retenciones locales). En consecuencia, la mayor disponibilidad de divisas comerciales respecto al primer trimestre relajará ciertas presiones cambiarias en el período abril-junio", afirmó la consultora.
El Banco Central (BCRA) señaló en su último informe que el tipo de cambio real se encuentra “relativamente elevado” y que sus acciones llevarán a que no se deprecie significativamente el peso.
"Considerando la elevada tasa de interés local, esto garantiza que el retorno al carry trade será tentador en el corto plazo. Esta aseveración, en conjunto con el abultado nivel de reservas internacionales, provocaría nuevos influjos de capitales financieros, reduciendo aún más las tensiones del mercado cambiario", indicó la consultora.
En lo que respecta a la trayectoria de la divisa estadounidense, la probable mejora de la calificación (de mercado de Frontera a Emergente) de Argentina en el índice MSCI que elabora Morgan Stanley generará un influjo adicional de dólares financieros.
Si efectivamente ocurre, esa recalificación también ayudaría a recortar la incertidumbre del mercado cambiario, sostuvo Ecolatina.
Pese a que la evaluación y posible promoción tendrán lugar a mediados de junio, dado que los inversores suelen anticiparse, el ingreso de capitales podría adelantarse algunas semanas, apuntó.
Como resultado, las tensiones cambiarias se descomprimirían durante el segundo trimestre.
En este contexto, Ecolatina proyectó que la suba de precios ronde el 6,5% en el acumulado al primer trimestre, en línea con igual período de 2017 (6,6%).
No obstante, para que ello efectivamente suceda, es necesario que no aparezcan nuevas turbulencias en el mercado financiero internacional, puntualizó.