El mundo de la industria automotriz está cambiando poco a poco. Mucho de esto tiene que ver con la búsqueda constante de energía sustentable. Por eso todo el tiempo se están buscando nuevas alternativas, la última novedad tiene que ver con el tomate. Esta fruta podría servir para la producción de batería para los vehículos eléctricos según un estudio que se llevó a cabo en la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos.
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Con el tomate se pueden fabricar celdas electroquímicas biológicas o microbianas para baterías. El estudio, que se publicó en la revista Chemical Engineering Journal, demostró que los desechos biológicos de esta fruta son eficaces para conseguir energía de manera sostenible.
En este proceso, las células se valen de las bacterias para descomponer y oxidar la materia orgánica. Con la oxidación, son liberados los electrones y luego capturados en la celda de combustible, para luego convertirse en una fuente de electricidad.
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Se detectó que el tomate, ya que contiene licopeno (es un caroteno), actúa como mediador para las cargas eléctricas. Los científicos encargados de la investigación pudieron demostrar, por ahora, que diez miligramos de residuos de tomates permiten generar 0,3 vatios. Es una cifra minúscula, pero aseguran que podría aumentar.
Estas baterías biológicas no sólo permitirían conseguir energía de manera limpia. También presentarían la enorme ventaja de aprovechar los millones de toneladas de productos agrícolas que usualmente son desechados.