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"Estatizar Vicentin implica para el fisco asumir un pasivo extra por casi 1500 millones de dólares"

El Gobierno argumenta que la deuda externa es insostenible, pero con Vicentin asume una nueva, dando trato diferencial a quienes tienen deuda en pesos, ofreciéndoles a cambio, un bono en dólares, indica la Bolsa de Comercio de Córdoba.

Se ha vuelto a retrasar el cierre del proceso de canje de la deuda en dólares bajo legislación extranjera. La Bolsa de Comercio de Córdoba, elaboró un informe explicando cómo eso afecta la situación económica del país.

Según indica la entidad, esto puede haber contribuido decisiones recientes del Gobierno, que aumentan la confusión y generan preocupaciones de cara al futuro. Por un lado, para evitar la presión sobre el dólar ante el vencimiento de un bono en pesos por $132.000 millones el 22 de junio, el Gobierno anunció el martes pasado un cronograma de emisión compuesto por tres bonos en dólares, por un total de 1.500 millones de esa moneda hasta fin de año. Esto abre interrogantes respecto al manejo de la deuda de corto plazo en moneda nacional en el segundo semestre; solo en Letras en pesos, el stock equivale a más de 9.000 millones de dólares.

Por otra parte, el anuncio de estatizar la agroexportadora Vicentin no solamente es una medida sin fundamentos legales ni económicos aceptables, sino que además implica para el fisco asumir un pasivo extra por casi 1500 millones de dólares.

Ambas decisiones reflejan inconsistencias en el manejo de la política económica del Gobierno. Por un lado, para obtener importantes quitas de deuda con los acreedores internacionales, se argumenta que la deuda es insostenible; y por el otro, se asumen nuevas deudas y se le daría, de manera implícita, un trato diferencial a quienes tienen deuda en pesos, ofreciéndoles un bono en dólares a cambio.

Los mercados reaccionaron frente a este escenario con fuertes retrocesos en ADRs argentinos (caídas de hasta 13,8%), acciones locales (Merval retrocedió 11%) y bonos en dólares (entre 3,4 y 7,8% de contracción en los precios). Además, la brecha cambiaria se mantiene elevada en torno al 82%.

Todos estos factores debilitan la reputación del Estado argentino, acrecientan la incertidumbre y tienen costos económicos concretos. Sin señales claras, no solo continuarán las presiones cambiarias junto con la pérdida de reservas, sino que, más importante aún, se retrasará innecesariamente la recuperación de la actividad económica tras la pandemia.

La desaceleración de precios da algo de respiro, pero no será sostenible

En línea con los datos de inflación minorista de mayo, la Canasta Básica Alimentaria tuvo un incremento de solo 1,1% en ese mes. Esto alivia parcialmente el fuerte impacto en pobreza de la parálisis de actividad económica. En la misma dirección, los precios mayoristas y los costos de la construcción también tuvieron una desaceleración importante en el mes pasado (subieron 0,4% y retrocedieron 0,6%, respectivamente).

En lo que hace a la construcción, el dato es un aliciente para un sector que fue probablemente el más afectado por la cuarentena. Cabe considerar que la caída en costos es explicada principalmente por el componente mano de obra, que acumula 3 meses consecutivos en baja. El costo de materiales, en cambio, se incrementó un 3% respecto a abril.

Para los próximos meses se espera que estas tendencias se reviertan sustancialmente. En efecto, ante el incremento desmedido de la emisión monetaria, será difícil evitar fuertes aumentos de precios en el segundo semestre, más aún en un contexto de anuncios de política que prevén agravar los desequilibrios estructurales de la economía argentina.