Hacelo Vos

Hacelo vos: tortas fritas sin grasa y saludables

Las tortas fritas son una comida ideal para cocinar en días nublados. No solamente son fáciles de hacer y deliciosas para acompañar con el mate, sino que además, es posible hacerlas más saludables. En caso de que no quieras consumir alimentos fritos y con mucha grasa o necesites...

Las tortas fritas son una comida ideal para cocinar en días nublados. No solamente son fáciles de hacer y deliciosas para acompañar con el mate, sino que además, es posible hacerlas más saludables. En caso de que no quieras consumir alimentos fritos y con mucha grasa o necesites cuidar tu aparato digestivo, podés preparar esta receta de tortas fritas sin grasa.

Las tortas fritas populares se caracterizan por llevar una gran cantidad de aceite, huevo y manteca. Sin embargo, existe otra manera de prepararlas para que te queden lo más secas posibles, sin manteca ni huevo y con una cantidad más pequeña de aceite. A continuación, te mostramos la receta perfecta para cocinar tortas fritas sin grasa para un día nublado.

Receta de tortas fritas sin grasa

Ingredientes

Harina (500 gr)

Aceite de girasol (4 cucharaditas)

Sal (2 cucharaditas)

Azúcar (1/2 cucharadita)

Agua (250 cc)

Azúcar para la parte final (150 gr)

Preparación

En un bol, poner la harina y mezclarla con 1 cucharadita de sal. Agregarle el agua y crear un agujero en el centro.

Agregarle la otra cucharadita de sal y el azúcar en el agujero. Luego, añadir las 4 cucharaditas de aceite.

Mezclar todos los ingredientes con las manos, dentro del bol. Una vez que se una, seguir amasando sobre la mesada. Podés ayudarte poniéndole un poco de harina para que no se te pegue en los dedos.

Estirar cada bollo con un palo de amasar para darle una forma redonda. 

Dejarla descansar durante 20 minutos.

Una vez pasado este tiempo, cortar en porciones pequeñas. Dividir la masa en bollitos pequeños o medianos. Luego, aplastarlos con el palo de amasar.

Una vez que tengan la forma de las tortas fritas, freír en abundante aceite caliente hasta que queden doradas.

Para que queden secas, secalas lo más que puedas con papel de cocina al retirarlas.

Dejar enfriar.

Una vez frías, agregarle el azúcar por encima.

¡Listo!

Tortas fritas sin grasa

Batido de zanahoria y manzana: el licuado perfecto para perder peso

Beneficios del jugo de zanahoria y manzana

Es rico en fibra y tiene un bajo contenido calórico: El jugo de manzana y zanahoria tiene muy pocas calorías en relación a otros jugos. Además, es rico en fibra, lo cual genera saciedad, promueve la salud intestinal y ayuda a prevenir el estreñimiento. De esta manera, contribuye notoriamente a tener un abdomen más plano.

Ayuda a mantenerse hidratado: Mantenerse bien hidratado es clave para el proceso digestivo, lo que puede ayudar significativamente a la desinflamación del vientre.

Es rico en nutrientes: Este jugo aporta una amplia variedad de vitaminas y minerales esenciales, como vitamina A, vitamina K, potasio y folato. Esto no solamente ayuda a tener un abdomen plano, sino que además tiene amplios beneficios para el sistema inmunológico, la piel, la visión y la función celular.

Mejora la digestión: Las zanahorias aportan fibra dietética y las manzanas son ricas en pecticina. Estos dos componentes son fundamentales para mejorar la digestión y promover la regularidad intestinal.

Previene problemas oculares: La zanahoria es conocida por sus propiedades beneficiosas para la salud ocular. De igual manera, la manzana también contribuye a esto.

Receta para preparar licuado de zanahoria y manzana

Ingredientes

Zanahoria (1 grande o dos medianas)

Manzana (1 grande o dos medianas, ya sea roja o verde)

Agua o leche (1 taza. Se puede utilizar agua potable o leche animal o vegetal)

Hielo (opcional)

Miel y/o canela o endulzante a elección (opcional) 

Preparación

Lavar bien la zanahoria y la manzana y cortarlas en trozos pequeños.

Colocar los trozos en una licuadora, junto con una taza de agua o leche.

Agregar la miel y/o canela o endulzante a elección.

Licuar/procesar todo hasta que quede una mezcla homogénea, de consistencia líquida. Agregarle más agua o leche según la consistencia deseada.

En un vaso, agregar hielos.

Verter el contenido del jugo.

¡Listo!