
Las intensas lluvias de mediados de agosto profundizaron la crisis hídrica en Bolívar, 25 de Mayo, Carlos Casares, Hipólito Yrigoyen, 9 de Julio y distritos cercanos, dejando un panorama crítico en el interior bonaerense. Con campos anegados, caminos intransitables y la próxima campaña agrícola comprometida, los productores reclaman medidas urgentes.
En la última semana se sumaron entre 80 y 100 milímetros adicionales de precipitaciones, lo que amplió en apenas diez días la superficie afectada entre un 30% y un 40%. Según cálculos de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), ya hay más de un millón de hectáreas bajo agua, muchas de ellas inaccesibles.
“Se trata de un panorama que hacía muchísimos años no se veía en la provincia”, advirtió la entidad en un comunicado difundido tras evaluar la situación.
La región inundada concentra alrededor del 15% de la producción nacional de maíz y soja. No obstante, en estas zonas la siembra temprana de maíz ya quedó descartada y la posibilidad de avanzar con soja, girasol o maíz tardío sigue en duda. “Muchos productores no tienen posibilidad de sacar la producción de los campos”, señalaron desde Carbap.
Aislamiento rural y falta de asistencia
El impacto trasciende la actividad agropecuaria: escuelas rurales permanecen cerradas, ambulancias y transportes no logran ingresar y numerosas familias quedaron aisladas sin acceso a provisiones básicas. “La falta de caminos transitables deja a niños y jóvenes sin clases durante días o semanas”, subrayaron desde la entidad.
Frente a este escenario, Carbap pidió una respuesta inmediata de los gobiernos provincial y nacional. Entre sus reclamos figuran financiamiento con tasas diferenciales, maquinaria vial para recomponer caminos y limpiar canales, y alivio fiscal con la suspensión de impuestos y tasas rurales. “No se puede esperar a la burocracia que implica la puesta en marcha de las leyes de emergencia agropecuaria”, alertó la confederación.
Críticas por obras demoradas
El documento también apuntó contra la falta de avances en el Plan Maestro del Río Salado y el escaso mantenimiento de caminos y canales. “Una obra estratégica como el Salado y el mantenimiento adecuado de los caminos rurales y canales no hubieran evitado las lluvias ni la totalidad del daño ocasionado, pero sí habrían permitido morigerar el impacto”, remarcaron.
La advertencia final de la entidad fue categórica: “La situación es crítica y no se puede seguir dilatando una respuesta. Es momento de actuar con responsabilidad y celeridad para no agravar aún más la crisis que atraviesan miles de productores y familias bonaerenses”.