Agricultura

La arveja se posiciona como cultivo de rotación en el periodo invernal

Es que el aumento de la demanda y las condiciones climáticas favorables para su producción en la Argentina, ubican a la arveja como uno de los principales cultivos invernales a incluir en la secuencia agrícola.

Durante los últimos años hubo cambios alimenticios. En este sentido, las legumbres crecieron en el mercado y la arveja no quedó afuera. Proteínas de buena calidad y suelos que se prestan para su producción

En  este contexto, sumado al aumento de la demanda y las condiciones climáticas favorables para su producción en la Argentina, la arveja se posiciona como uno de los principales cultivos invernales a incluir en la secuencia agrícola.

arveja

Según el ingeniero agrónomo Gabriel Prieto, especialista en legumbres del INTA Arroyo Seco,  “las actuales reservas de agua son una excelente oportunidad para la implantación de arvejas, ya sean invernales como primaverales”.

En ese punto, el profesional pronosticó “un invierno de transición”, entre lo que fue El Niño y lo que va a ser neutro o niña. “Esto favorece mucho las legumbres, porque no vamos a tener excesos de lluvias en la salida del invierno-primavera”, diagnosticó.

Arvejas y márgenes de ganancias

La arveja deja uno de los mejores márgenes en las secuencias de cultivo, consume menos agua que los cereales de invierno, y se adaptan exitosamente a los planteos con soja y maíz. Pero como si esto fuera poco, también compite de manera óptima con las malezas de invierno, a la vez que fija nitrógeno del aire.

Esta leguminosa consume entre 230 y 250 milímetros de agua útil, con una eficiencia de uso de alrededor de 10 a 12 kilos de grano por milímetro de agua. Por ese motivo, se dice que deja en el perfil del suelo un remanente estratégico para los cultivos de verano posteriores.

Por otro lado, se destaca también su alta capacidad de fijación biológica de nitrógeno de aproximadamente el 50% de las necesidades totales. “Esto, la convierte en una opción viable como antecesor de cultivos de segunda, especialmente de cereales estivales”, aseguró Prieto.

Además agregó: “Es una forma natural de aportar nutrientes con resultados muy auspiciosos”. A raíz de eso, para lograr una buena captación de nitrógeno, Prieto destacó la importancia de inocular las semillas. Las bacterias inoculantes pueden suministrar el 60 o 70% de nitrógeno que necesita el cultivo, y el resto lo obtiene del suelo.

El ambiente tiene que ver con el rendimiento de la arveja

El potencial de rendimiento del cultivo lo determina más el ambiente que la variedad, por ello, se hace hincapié en la importancia de sembrar en fechas óptimas y generar las condiciones adecuadas.

“El mayor aporte a la variabilidad del rendimiento lo hace el ambiente que explica el 87% de la variabilidad, mientras que el genotipo sólo explica el 3%, y el resto lo hace la interacción genotipo-ambiente”, destacó la especialista.

Al respecto, aseguró que “debemos acertar la fecha de siembra para escapar en la etapa reproductiva a las heladas tardías o los sopletes de primavera. Desde la floración en adelante, la arveja es muy sensible a temperaturas por encima de los 25 grados”.

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Ingeniero agrónomo Gabriel Prieto, especialista en legumbres del INTA Arroyo Seco

La siembra de arveja

En la región núcleo, la fecha de siembra óptima para variedades primaverales es durante la primera quincena de julio, extendiéndose desde finales de junio a principios de agosto.

Por su parte, en variedades invernales, se recomienda sembrar entre 30 y 45 días antes, es decir de fines de mayo a mediados de junio.

Entre las variedades invernales con mayor resistencia al frio, Prieto enumeró EscrimeAvironBalltrap y Curling, con potenciales de rendimiento máximos de hasta 4000 kilos por hectárea.

Entre las principales variedades primaverales se encuentran OrchestraSkolReussite y Astronaute, con rendimiento potenciales máximos de hasta 5000 kilos por hectárea.