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Llamativo: desciende el precio del asado en la Patagonia

La baja del asado representa una caída del 4,8% respecto al mes anterior. Pero lo más llamativo es que esta baja se produjo antes de que el impacto pleno de la flexibilización del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) se hiciera sentir sobre la barrera del río Colorado.

La baja del precio del asado, uno de los cortes más tradicionales del consumo argentino, empieza a sentirse con fuerza en la región patagónica. Según datos oficiales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), durante el mes de junio el precio promedio minorista del kilo de asado en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén fue de 16.990 pesos, lo que representa una caída del 4,8% respecto al mes anterior. Pero lo más llamativo es que esta baja se produjo antes de que el impacto pleno de la flexibilización del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) se hiciera sentir sobre la barrera del río Colorado.

La Resolución 460/2025 del SENASA, que permite de forma controlada el ingreso de carne con hueso desde el norte del país a la Patagonia, entró en vigencia recién en la última semana de junio. Aun así, el precio del asado en varias localidades del sur argentino comenzó a ceder incluso antes, anticipando una tendencia que se profundizaría en julio, cuando la medida rija durante todo el mes.

El precio del asado en Santa Cruz cayó de manera abrupta

Un informe elaborado por la Estación Experimental Bariloche del INTA muestra no solo la caída en Neuquén y Río Negro, sino una dispersión de precios significativa en toda la región. El caso más extremo fue el de Santa Cruz, donde el kilo de asado se abarató más del 12% en tan solo 30 días.

El impacto inicial de la flexibilización sanitaria se está dando de manera paulatina pero sostenida. "Hay una tensión momentánea en los precios del asado", señaló un operador del mercado cárnico de la región. "Pero cuando baje un poco toda esta espuma, la cotización se va a volver a acomodar", arriesgó.

Este fenómeno no se replicó con otros cortes de carne. De hecho, los valores de las pulpas –como nalga, bola de lomo o cuadrada– se mantuvieron estables o con leves incrementos. La baja, por ahora, es casi exclusiva del asado, el corte que más se beneficia con el ingreso de carne con hueso desde zonas con producción más abundante y precios más competitivos.

asado

Aunque la resolución del SENASA fue publicada recién el 27 de junio en el Boletín Oficial, las expectativas del mercado ya venían afectando los precios del asado desde hacía meses. Según el INTA, en marzo el kilo de asado rondaba los 19.400 pesos en promedio, lo que implica una baja acumulada del 12% en tres meses. Las advertencias del gobierno nacional sobre la posibilidad de flexibilizar la barrera sanitaria del Río Colorado comenzaron hacia fines de abril, lo que generó un reacomodamiento de precios anticipado en los puntos de venta.

En paralelo, el diferencial entre el precio del asado en la Patagonia y el promedio nacional –medido por el INDEC– también comenzó a reducirse. En junio, el kilo de asado en el norte patagónico aún seguía siendo más caro que el promedio nacional, pero esa brecha se achicó hasta el 54%, uno de los niveles más bajos de los últimos meses. Es decir, los consumidores del sur todavía pagan más, pero el sobrecosto es cada vez menor.

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