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Niño caminó 11 km en el barro para recibir la Confirmación y el Papa lo bendijo

Un niño caminó once kilómetros en el barro para recibir el sacramento de la Confirmación, y la noticia llegó al Papa Francisco, quien le envió su bendición luego de que sus catequistas, pertenecientes a la arquidiócesis de Mercedes-Luján, destacaran su accionar y formalizaran el pedido a la Santa...

Un niño caminó once kilómetros en el barro para recibir el sacramento de la Confirmación, y la noticia llegó al Papa Francisco, quien le envió su bendición luego de que sus catequistas, pertenecientes a la arquidiócesis de Mercedes-Luján, destacaran su accionar y formalizaran el pedido a la Santa Sede.

Maximiliano Pavillaux tiene 11 años y, desde diciembre del año pasado, vive con sus papás y sus cuatro hermanos en la zona rural de la ciudad bonaerense de Suipacha.

Durante 2023, el pequeño se preparó para recibir el sacramento de la Confirmación, programada para el 11 de noviembre pasado.

Para ello, semana a semana, su catequista Eva le enviaba el material de estudio a su casa, que queda a 15 kilómetros de la zona urbana. Sin embargo, al acercarse la fecha de la ceremonia, las condiciones climáticas le jugaron una mala pasada.

La noche anterior a la Confirmación, y en medio de una lluvia incesante, Carola y Rolando, los papás de Maximiliano, comenzaron a preocuparse, porque los vehículos de la familia no iban a poder recorrer el camino para llegar hasta el pueblo, y el tractor que usan en el campo se había roto esa semana.

Había una alternativa, pero los padres pensaron que el niño no aceptaría: caminar 11 kilómetros en el barro. Sin embargo, para su sorpresa, Maxi dijo que sí.

El niño y sus padres partieron a las 7 para poder llegar a la ceremonia, que comenzaría a las 10.30.

“Las botas se hundían en el barro, nos deslizábamos”, recordó Maximiliano en diálogo con ACI Prensa. En el camino, el papá bromeaba con el pequeño: “Cuando seas grande, vas a tener una buena anécdota para contar”, pero no esperaban que su historia tuviera tanto alcance.

Al llegar a la parroquia Nuestra Señora del Rosario, Eva, su catequista, lo esperaba entre lágrimas: “Estaba muy contenta”, aseguró el flamante confirmado.

El sacerdote que ofició la misa mencionó la proeza del pequeño como un ejemplo a seguir, por lo que muchos luego se acercaron a felicitarlo.

Después de la ceremonia, “vinimos aliviados. Yo estuve ‘en el aire’ toda la semana”, confesó la mamá. “No sentíamos nada, estábamos felices”, agregó.

Pero la repercusión no terminó ahí. En los últimos días, la historia de Maximiliano llegó a oídos del Papa Francisco, quien le envió su bendición apostólica y un obsequio desde Roma.

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